Page 102 - pasaporte-a-magonia-jacques-vallee
P. 102
102 JACQUES VALLEE PASAPORTE A MAGONIA 103
tiempo de gritar; la espectral llama azul de Jack dio de lleno en «Era algo espeluznante. La luz rojo amarillenta bajaba del
el rostro de su víctima, que cayó al suelo desvanecida. Después, cielo con un ángulo de sesenta grados. Cuando se acercó a tie-
Jack se alejó caminando tranquilamente. rra pareció flotar con más lentitud.»
Vyner apunta la posibilidad de que Jack tuviese una cita en Una brillante luz dorada surgió de pronto en el campo, cerca de
Green Dragón Alley y quisiera librarse de importunos. Una semana donde ellos estaban, cuando el primer objeto se ocultó detrás de
después del incidente de Oíd Ford, el extraño personaje llamó a unos árboles:
la puerta de Mr. Ashworth, que vivía en Turner Street, y preguntó
por él. El criado que le abrió llenó la casa con sus alaridos. Jack «Estaba a unos ochenta metros de distancia, y parecía flotar
emprendió la huida y nunca más volvió a vérsele, por lo menos a tres metros sobre el suelo. Hubiera dicho que se movía con
en Londres. ¿Había establecido un contacto? Resulta bastante sin- nosotros, parándose cuando nosotros nos parábamos, como si
gular, observa Vyner, que Springheel Jack hubiese efectuado dos estuviese observándonos. La luz era ovalada y tenia de cuatro
visitas con dos días de intervalo a unas casas que estaban a poco cincuenta a seis metros de diámetro, con un núcleo sólido y
más de un kilómetro una de otra y cuyos moradores se llamaban brillante.
Alsop y Ashworth, respectivamente. De los principales testigos, «Desapareció detrás de unos árboles y pocos segundos des-
dos eran mujeres jóvenes, como en Virginia Occidental, acom- pués vimos salir a una figura oscura. Era completamente negra,
pañadas en ambos casos por sus hermanas. Esto parece obedecer de la estatura de un hombre, pero sin cabeza. Una extraña carac-
a una norma. Pero —y esto también es típico— de nuevo se trata terística de aquel ser, que vino caminando pesadamente hacia
de una norma absurda. nosotros, era que parecía tener unas gigantescas alas de mur-
ciélago. Por supuesto, no nos quedamos para averiguar qué
En 1877, Jack fue vuelto a ver en Inglaterra, esta vez en Al- era.» 30
dershot, en el Hampshire. Vestía un traje muy ajustado y se to-
caba con un yelmo resplandeciente. En esta ocasión voló sobre dos Folklore en gestación... De los farfadets hemos pasado a los
centinelas, que abrieron fuego contra él. Él replicó con una llama- tiempos modernos, con Springheel Jack y el Mothman. Y hemos
rada azul, que dejó a los soldados aturdidos, y después desapare- visto precisarse el arsenal de nuestros visitantes. La linterna y
ció. Vyner cree que hay que atribuir también a Jack el pánico que, la pistola de rayos de Jack han sobrevivido en los cuentos mo-
a finales de agosto de 1944, cundió en la población norteameri- dernos, en las historietas del siglo xx y en los seriales de la tele-
cana de Mattoon, en Illinois. Se le vio de noche atisbando por visión. Pero el verdadero problema estriba en saber si todo esto
las ventanas, «como si buscase a alguien que conociese de vista». puede ser o no real. Si no puede serlo, ¿cómo podemos explicar
La mayoría de los testigos pertenecían al sexo femenino; algunas la coherencia que presentan estos relatos, en una época en que
declararon que se habían desmayado cuando el visitante las apuntó aún no se conocían los comics ni la televisión?
con un aparato. Después de su paso quedaba en el aire un extraño El pintor italiano R. L. Johannis vivió un extraordinario su-
olor dulzón. ceso en 1947, en una época en que el nombre de «platillo volan-
En la primavera de 1960, un joyero italiano, Salvatore Cianci, te» ya empezaba a ser popular en los Estados Unidos, pero en
recorría en automóvil una carretera de Sicilia próxima a Siracu- que la abundantísima documentación actual sobre aterrizaje era
sa, cuando un pequeño personaje vestido con ropas brillantes y por completo inexistente. La fecha, según recuerda el testigo, fue
con la cabeza cubierta por un casco de buzo apareció a la luz el 14 de agosto. Hacía alpinismo solo, siguiendo un arroyuelo que
de los faros. En vez de brazos, tenía unas «alitas». El signor Cianci discurría por la región montañosa que separa Italia y Yugoslavia.
sufrió un ataque de nervios. De pronto, vio entre unas rocas un gran objeto lenticular, de color
El sábado 16 de noviembre de 1963, cuatro adolescentes se rojo brillante y unos diez metros de diámetro. Junto a él distin-
hallaban paseando cerca de Sandling Park, no muy lejos de Hythe, guió a dos seres, que de momento tomó por «niños» hasta que com-
en el condado inglés de Kent. Uno de los cuatro, un muchacho de prendió que eran enanos... distintos a todos cuantos había visto.
diecisiete años llamado John Flaxton, cuenta que un objeto que Los dos seres no alcanzaban un metro de estatura y tenían la
primero tomaron por una estrella les dio un susto: cabeza más voluminosa que la de un hombre. No mostraban ca-
bellos, cejas ni pestañas. Su rostro era de color verdoso, tenían
la nariz recta, y la boca reducida a una ancha hendidura, que,