Page 25 - SOFY_ La Guardiana de los Sombreros Libro intec (Julia Perellon Mancebo)
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Sofy, con un guiño enigmático, asintió a Julia y, en un instante,
          se  encontraban  en  medio  de  la  Edad  Media.  Las  altas  torres  de
          piedra, las damas y caballeros ataviados con ropajes de terciopelo y
          cuero,  y  los  bulliciosos  puestos  del  mercado  proporcionaban  un
          telón de fondo deslumbrante y lleno de vida.
              "¿Ves  aquella  tienda  al  final  de  la  calle?",  preguntó  Sofy,
          señalando un humilde puesto de madera. "Esa es la sombrerería de
          Guillermo,  uno  de  los  primeros  sombrereros  que  existieron.  ¿Te
          gustaría ir a ver?"
              Julia  asintió  con  entusiasmo  y  ambas  se  dirigieron  hacia  la
          tienda. Al entrar, fueron recibidas por el olor a cuero y lana y por la
          amplia  sonrisa  de  un  hombre  robusto  detrás  del  mostrador.
          Guillermo, reconocible por su gorra de cuero marrón y su perpetuo
          buen humor, les dio la bienvenida a su taller.
              Mientras  observaban  a  Guillermo  en  su  labor,  el  amigable
          sombrerero  compartió  con  ellas  una  anécdota  de  su  trabajo.  "La
          semana  pasada",  comenzó,  "tuve  que  hacer  un  sombrero
          completamente cubierto de plumas para el bufón del rey. ¡Fue un
          encargo tan inusual que aún me cuesta creerlo! Y por supuesto, el
          bufón, siempre buscando hacer reír, se puso el sombrero al revés
          durante su actuación. ¡La corte estalló en risas! Ah, las cosas que he
          visto y hecho en esta tienda..."
              Sofy, ¿hay más que ver en está época?
              Por supuesto, Julia", respondió Sofy con una risueña sonrisa.
          "La Edad Media es una época rica y fascinante. Si te parece bien,
          podríamos visitar a la Reina Isabel y conocer más sobre los tocados
          que usaban las damas de la realeza en esa época".
              Con  un  parpadeo,  se  encontraron  en  un  opulento  salón,
          presidido por la Reina Isabel. La reina llevaba un tocado que parecía
          una pequeña corona, hecho de ricos tejidos y adornado con perlas y
          piedras preciosas. Mientras observaban, un criado entró con una caja
          que contenía varios tocados más, cada uno más hermoso y detallado
          que el anterior.
              "Los tocados en esta época eran un símbolo de estatus y poder",
          explicó Sofy. "Eran hechos a medida para la reina y las damas de la
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