Page 106 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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          punto en nuestro programa económico. Dos ejemplos claros: no
          nos basta industrializar el Mutún y el Salar de Uyuni, nos dicen a
          los bolivianos “mendigos sentados en una silla de oro” y creo que
          es verdad. Vamos a instalar la mayor cantidad de industrias para
          que el boliviano tenga un trabajo digno, bien remunerado, atraer
          inversionistas extranjeros en la mayor cantidad. Asimismo, comen-
          zar una verdadera descentralización, primero administrativa y so-
          cial del Estado, impulsar la actividad privada como forma de crear
          empleos, acabar con la informalidad que al final nos afectará ne-
          gativamente a todos”.

          Euclides continuó con su propuesta electoral: “La salud y la educa-
          ción serán los dos primeros sectores en descentralizarse, debemos
          achicar el Estado, no podemos seguir con veinte ministerios, vice-
          ministerios, secretarios, subsecretarios, etc. que son una carga para
          el Estado, hay un monstruo que nos está matando poco a poco y se
          llama burocracia”.

          “Vamos a entrar al Siglo XXI y a estas alturas un país centralista no
          tiene futuro. El centralismo es la rémora para cualquier nación”. La
          capital del departamento de Santa Cruz escuchó atentamente el dis-
          curso de un nuevo candidato cruceño, carismático y con un discurso
          que despertó la simpatía de propios y extraños. En los hogares co-
          menzó a hablarse de un tal Euclides Santacruz Piérola, candidato de
          la sigla Arenal, para muchos no era algo nuevo la palabra naciona-
          lista. Pero, así como lo planteaba el novel candidato era algo nuevo,
          diferente. En el diario El Federalista, un columnista escribió luego
          de una entrevista televisiva al candidato de Arenal: “Nace una nueva
          forma de encarar los problemas de Bolivia. El novel candidato mos-
          tró madurez pese a su inexperiencia política. Por ejemplo: llamó la
          atención su frase; de nada sirve hacer acusaciones y contraacusacio-
          nes. ¿Para qué? ¿Qué Zutano robó?, ¿Qué Mengano asesinó? ¿Qué
          Perengano vive de la política hace veinte años?, que existen dino-
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