Page 355 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                            345



            Y finalmente, después del magnicidio se protagonizaron encendidos
            debates por la TV; donde participaron militantes de Arenal, de la opo-
            sición y el oficialismo.  Acusaciones que iban y venían, al final de
            cuentas después de insultarse mutuamente no se sacaba nada en con-
            creto. Todo terminaba en bla/bla/bla. Siempre la misma letanía, que
            tal persona traicionó, que Perico de los Palotes mintió, que Pedro,
            Sancho y Martín son unos ladrores, etc.
            En las elecciones del 1 de junio de 1997 triunfó el Acuerdo Patriótico
            que encumbró en el poder a Hugo Banzer Suárez, pese a la ausencia
            física de las figuras de Euclides Santacruz y Fátima Campos Melgar
            en las elecciones, Arenal fue derrotada, pero no catastróficamente,
            logró unos cuantos curules en el Parlamento.

            Y los debates siguieron, un analista dijo en una ocasión:  “En el
            fondo existe un problema de regionalismo, de supremacía política,
            por un lado, y por otro lado, una eterna lucha por la descentraliza-
            ción política y económica de un Estado centralista. Hay abuso de
            poder, hay prepotencia entre quienes gobiernan, nadie cede, todos
            son expertos en chicanerías judiciales, en lanzar la piedra y ocultar
            la mano, se dicen verdades a medias. Se lanzan acusaciones sin
            ton ni son, sin pruebas contundentes, “poco a poco voy a presentar
            pruebas”, “no quiero adelantarme, pero sé muchas cosas”, “la pró-
            xima semana diré mis verdades”, son frases comunes y corrientes
            en nuestra nación que ahora no valen nada. Y así damos vueltas y
            vueltas y pasan los años”.

            Algunos opinaban que la justicia boliviana estaba seriamente com-
            prometida por ser servil a los gobiernos de turno. Ya no había re-
            medio, Euclides Santacruz ha muerto. “No sirve ni servirá de nada
            hablar y hablar –dijo un líder político luego de un debate-, han
            muerto muchos políticos y no aprendimos la lección, parece que
            estamos condenados a ver morir a unos y a otros. Parece verdad lo
            que se dice asiduamente, el boliviano no reacciona a tiempo cuando
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