Page 364 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz
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          ¿Y qué fue de la vida de Alejandra Centurión Sarmiento?
          Tuvo un triste final, como la mayoría de los personajes de esta novela
          que tiene como escenario la capital cruceña.

          Fue triste, pero muy triste.

          Nueva York.

          Lunes 11 de septiembre de 2001.

           Temprano, Alejandra Centurión Sarmiento, la mujer que amó al can-
          didato de Arenal, se levantó para dirigirse a su trabajo en una empresa
          de diseños arquitectónicos, en el piso 30. Esa noche, Alejandra soñó
          que junto al amor de su vida, Euclides Santacruz, navegaban en una
          pequeña balsa por las aguas diáfanas del río Paraguá. Era una mañana
          espléndida, la belleza de la naturaleza embriagó a la pareja, parecía
          embrujada por el amor, el canto de los pajaritos, la quietud de las
          aguas, el calor y el embrujo de la naturaleza los transportó a una
          eterma felicidad. Se besaban a cada instante, planificaban su futuro,
          los dos cumplirían sus sueños y anhelos. Construirían un colosal bal-
          neario, el más atractivo y más grande de Bolivia, a los pies de la ca-
          tarata El Encanto, en el Parque Noel Kempff Mercado, un sitio que
          será el orgullo de propios y extraños. De pronto, ella percibió que
          Euclides había desaparecido y luego oyó que él le gritaba ¡me ahogo,
          sálvame! Y luego desapareció en las aguas cristalinas; ella después
          solo escuchó murmullos, suspiros, lamentos y adioses de amores que
          ya no existían.

          Despertó angustiada, tenía un vago presentimiento sobre la enferme-
          dad de su madre o sus hermanos. Se vistió rápido y subió al tren que
          la transportaría a la Zona Cero de Manhattan, que en pocos minutos
          más  quedaría devastada. Bajó del tren y escuchó el poderoso impacto
          cuando un Boeing 767, el vuelo 11 de American Airlines, embistió a
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