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Desde las ya mencionadas ramas de acción: Estudio y Oración, se infiere que el primero
proviene de la constante búsqueda de la verdad en nuestra línea de acción, reconocer las
implicancias que se encuentran en el estudio de las ciencias, pues son la base indispensable
para cumplir el primer punto de la sociedad santanitense, pues el absoluto siempre nos hará
libres y nos ayudará a encontrar a Dios.
Por otro lado, tenemos la oración, un dogma del que la ins tución siempre se siente
orgullosa, al celebrar todos los años la semana del bien común, fes vidad en la
que los estudiantes se congregan y realizan diversas ac vidades en torno a
este modelo de vida social con el fin de promover los valores de Madre
Eduviges y el interés por la niñez, pues como dice nuestro Santo
Domingo de Guzmán: “El que quiere ser grande, que sirva a los
demás”, cualidad dogmá ca.
Es ahí donde cobra sen do el rol de la Ins tución, ser una
en dad de acción contra la imperante necesidad de una
formación integral en valores y virtudes humanistas, un
enfoque social en las necesidades de la sociedad
peruana, la congregación se aboca a la labor de
mejorar nuestra debilitada patria, ante los nuevos
retos que propone la globalización en la nueva
sociedad indoamericana del siglo XXI.
En tal sen do, se pretende que el alumno asuma la
responsabilidad de hacer frente a los nuevos
lineamientos de la globalización, sin dejar de lado el
desarrollo, la formación antropológica, la búsqueda de
la divinidad y el amor como factores de cambio.
Jóvenes, seamos herramienta de cambio contra las
nieblas que ponderan en la actualidad, pues tenemos el
deber más sagrado por cumplir, llevar la luz y la verdad a todas
partes del mundo, ser fuego radiante bajo la deshonra de la
sociedad, contemplar y no ser ajenos al desmoronamiento del
an guo modelo social, entender que la globalización requiere de una
generación que sea capaz de afrontar los retos que suponen la
automa zación y la falta de valor humano en la sociedad, ser ajenos a esta
realidad no es una opción.
No dejemos que nada nos despoje de nuestra iden dad, nuestro escudo para enfrentar el
mundo que nos rodea, es el arma que nos ayuda a cumplir con la labor dominica, evangelizar y
llevar el amor de Cristo y la Virgen María como lo quiso Domingo de Guzmán. Sigamos los pasos
de nuestros referentes y patrones, de la mano de Madre Eduviges y nuestra pres giosa
ins tución Santa Anita. ¡Sigamos firmes en la emancipación dominica e intelectual!
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