Page 22 - Jaén en la mochila
P. 22

Pinturas rupestres de ls Cueva del Contadero














                      Las Cimbras


                                                                   Artesanía del mimbre, supone la segunda
                                                                   fuente de ingresos del municipio



                                                El Tesoro y los Caracoles

              Un campesino vivía con su esposa en una pequeña casa, en la casa de al lado vivía su hermano, y ambos trabajaban
              unas tierras que su padre les dejó como herencia.

              Una noche el campesino tuvo un sueño, en el cual una voz femenina le indicó que a las afueras del pueblo bajo una
              vieja higuera, le esperaba enterrado una cántara pequeña llena de monedas de oro. En el sueño pudo ver el lugar
              exacto donde se encontraba la vieja higuera. A la mañana siguiente como era costumbre los dos hombres marcharon
              a trabajar al campo.

              Mientras trabajaban en sus tareas , el hermano que tuvo el sueño, le comentó lo que había soñado, y cual fue la sor-
              presa que los dos hermanos habían tenido el mismo sueño. Viendo esto, esa misma tarde cuando terminaron de traba-
              jar se dirigieron en busca del viejo árbol.

              No tardaron en encontrar la higuera, los hermanos se pusieron a cavar y encontraron una antigua cántara de barro, re-
              pleta de monedas de oro, como la voz del sueño les había prometido.

              Nerviosos, rompieron la cántara y cargaron todo el oro en la saca de tela que llevaban para la merienda, y partieron
              con rapidez hacia el pueblo. Fue entonces cuando se toparon con una mujer vestida de blanco que les salió al camino.

              -¿Qué lleváis en esa saca?. Pregunto la señora

              Y los hermanos nerviosos y recelosos de que nadie fuese a querer quitarles su tesoro le contestaron.

              -Son caracoles. Respondió uno de ellos en tono de desagrado.
              Y la señora les respondió.

              -Pues que caracoles sean.

              La mujer desapareció de la misma manera que vino, sin ser vista, y los hermanos prosiguieron, pero por el camino se
              dieron cuenta que la saca no pesaba apenas, el peso del oro ya no hacía mella en sus espaldas, al mirar la saca donde
              llevaban las monedas pudieron ver que todo el oro se había convertido en caracoles. Así fue como los dos hermanos
              perdieron el tesoro por haber intentado engañar a la misteriosa Dama.
   17   18   19   20   21   22   23   24