Page 36 - LIBRO BUENO
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Magali García Oliva
–Bueno, vale, pero no me despegaré de ti no vayas a desaparecer otra vez.
Las colas en el Louvre siempre son impresionantes y esta vez no tenía
acceso por ninguna puerta trasera. Una vez pasada toda la seguridad pudimos
Leonardo para ver si conseguíamos alguna información.
evitar los guardias de seguridad, ese era nuestro destino, delante de la
archifamosa obra comenté:
–¿Cómo será la dama descubierta de da Vinci? –lo dije en inglés para ver si
alguien me miraba, y efectivamente una pareja se acercó a mí discretamente.
–¿Sabe lo del cuadro? –preguntaron asombrados.
–¿Y ustedes? –seguíamos conversando en inglés.
Ellos asintieron, nos apartamos del grupo de turistas para poder hablar, la
pareja comentaba que eran miembros de una sociedad llamada “Amigos de
Leonardo” en Londres y les llegaban todas las informaciones sobre el genio.
A través de un foro conocieron el hallazgo del cuadro y estaban en París
esperando acontecimientos, eran los representantes del grupo. Estaban muy
emocionados por el descubrimiento y ansiosos de poder verlo, yo seguía
tanteándolos con preguntas para saber si de verdad eran quienes decían ser o
los había enviado Perfecto como a aquellos que nos siguieron en Italia, estaba
muy acostumbrada en mi trabajo a desenmascarar falsas identidades.
Ellos por su parte también tenían mucha curiosidad a cerca de quiénes
éramos y cómo teníamos conocimiento del cuadro. Nos sentamos los cuatro
en la cafetería del Louvre, Jhon y Elisabeth lo sabían absolutamente todo
sobre Leonardo da Vinci; al principio cuando les llegó la noticia dudaron
de que fuera real porque las crónicas de la época y los cuadernos del pintor
no mencionan dicha obra, sí había sin embargo unas reseñas después de la
muerte de Leonardo escritas por otro pintor donde decía haber visto un cuadro
de una dama de la corte pintada por Leonardo, ya en el siglo XVII volvía a
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