Page 102 - Libro Catecumeno
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El Bautismo es “puerta de la fe”, y al mismo tiempo es momento
culminante de un camino de clarificación y maduración en la fe,
como el que estamos viviendo.
1. Qué es el Bautismo
La palabra ‘bautismo’ significa literalmente “zambullida”,
“inmersión”. Este Sacramento nos sumerge espiritualmente en
Jesús, en su muerte y resurrección, para ser con él como nuevas
criaturas (cf. Rm 6, 4). Se trata de un baño de regeneración y de
iluminación.
• Regeneración porque es un ‘volver a nacer’ desde Dios, “nacer
del agua y del Espíritu”, como dijo Jesús a Nicodemo.
• Iluminación. Jesús, «luz verdadera que ilumina a todo hombre»
(Jn 1, 9) expulsa las tinieblas del pecado. Por esto, en la cere-
monia del Bautismo se le da a los que serán bautizados, una vela
encendida, que significa la luz de la fe.
¿Recuerdan a Clara Luz Badano? Una vida así es “luz” para los
demás.
El bautismo, primer sacramento, imprime en el alma un sello
imborrable: el cristiano queda marcado con la señal espiritual de
que pertenece a Jesús. Nada, ni siquiera el pecado, podrá borrar
esa marca bendita del Espíritu Santo, indicando que le perteneces
a Cristo.
2. Qué se le pide al bautizado
• Que abra su corazón a Dios y que siga madurando esa relación
toda su vida,
• Conversión: dejar el estilo ‘viejo’, para entrar en la ‘vida nueva’, de Jesús.
• Continuar este camino de aprendizaje y maduración de la vida
cristiana.
El Bautismo es un regalo y una llamada de Dios; a la persona le
cabe la posibilidad de acogerlo y de responder afirmativamente. La
respuesta se da en libertad.
Esto es claro en el caso de los adultos o jóvenes, que son
capaces de tomar decisiones por sí mismos. En el caso de los niños
pequeños, los padres tienen el deber de compartirles la fe, así como
hacen en otros aspectos de la vida (educación, cultura, salud, etc.).
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