Page 51 - HANK - Recuerdos de una pulga
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HANK
                      Recuerdos de una pulga



            Abigaíl, salía de la ducha; estaba cubierta
            con una toalla de la cual se desprendió casi
            al  instante…  no  me  lo  vas  a  creer…  esa
            niña    que    se   le   veía   rechonchita,
            cachetoncita…  pues  también  tenía  un
            cuerpo deliciosamente precioso. No era de
            esas  gorditas  desparramadas,  con  grasa
            colgando de su humanidad… no señor… era
            muy  parejita…  una  gordita  formadita…
            tenía unos senos voluptuosos dignos de ser
            manoseados, mordidos; se notaban duritos,
            tersos,  redondos  como  dos  melones  en  su
            punto de madurez para ser devorados; con
            unos  pezones  color  caramelo  que  casi  me
            desorbitaban los ojos. Su vientre era plano
            (sin  dejar  de  ser  gordita)  y  sus  piernas…
            vaya sus piernas… dos hermosas piernotas
            magníficamente torneadas. Seguía con mi
            deleite y noté que no tenía ese triangulito
            velludo que había visto en Claudette, claro
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