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HANK
Recuerdos de una pulga
Al caer me desorienté, perdí el sentido de
la ubicación por un momento; lo único que
me hizo reaccionar fue una sombra enorme
que me cubría, cuando levanté la mirada
noté que el dueño trataba de pisarnos,
aunque con desesperación; pude evitar sus
enormes zapatos sobre mí, logrando
salvarme... desde aquel entonces, nunca
más volví a ver a mi madre. Anduve
vagando y deambulando durante mucho
tiempo, los días eran siglos para mí... a
veces veía a un Dóberman o a un Bóxer,
pero solo pasaba un par de días sobre ellos,
ya que dichas razas no cuentan con un
pelaje habitable... además cuando subía a
sus lomos me topaba con los habitantes del
lugar y muchas veces me sacaban a
mordiscones, así que tuve que aprender a
vivir día a día sobre distintos perros por
mucho tiempo.
