Page 124 - 6º BÁSICO
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T2 quiero que Me perdones


    e3      Convicción y tolerancia para una sana discusión


                                              Enlace


                                              En el Encuentro anterior aprendimos que el sacramento
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                                              de la Reconciliación es un acto de amor mutuo entre
                                              Dios y las personas. En esta oportunidad se describirán
      Unidad 3                                algunas situaciones de perdón que permiten fortalecer la

                                              fraternidad con los demás.



                                                                            la fraternidad



                                permite fortalecer                               la
                                                                            comunicación


                                                                              el amor                de perdonar


                                                          Margarita
              El perdón      testimoniado ejemplarmente por         quien puso a prueba su capacidad   de amar
                                                         Barankitse


                                                                                                     de tolerancia


                             no es verdadero cuando      se aparenta
                                                          estar bien

                                              Desde el testimonio


                                              Margarita Barankitse es prácticamente la “madre” de
                                               10.000 niños y fundadora de la  Maison Shalom (Casa
                                                de la Paz) de Burundi (África oriental), con más de 130
                                                                    casas. Su historia es conmovedora.
                                                                       “Mi vocación es repartir esperanza y
                                                                         dar amor. Es la vocación de todo
                                                                          ser humano”, afirma. Margarita
                                                                          comenzó esta misión en 1993, en
                                                                          un momento muy delicado de la
                                                                         historia de Burundi. Las tensiones
                                                                        entre los grupos étnicos tutsis y
                                                                        hutus se estaban traduciendo en
                                                                        miles de asesinatos de varones,
                                                                          mujeres y niños. Margarita
                                                                          sobrevivió y decidió abrir la “Casa
                                                                       Shalom”, un centro de acogida para
                                              huérfanos de la guerra y niños enfermos de SIDA. Ella ha
                                              dicho que “lo importante de este lugar no es sólo dar, lo
                                              más importante es perdonar”. Ella perdonó al hombre que
                                              quemó vivas a sus tres tías. Incluso lo visitó en la cárcel.
                                              Porque para ella mientras el odio mata, el perdón libera.
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