Page 73 - LIBRO DE RELIGIÓN 1° MEDIO
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Desde la perspectiva cristiana
La Iglesia
Comunidad de creyentes convocados por Dios
Si preguntamos a distintas personas qué es la Iglesia para cada una de
ellas, es probable que nos encontremos con diversas respuestas:
Son los cristianos y cristianas.
Es el lugar donde se reúnen los cristianos.
Es como una ONG de los seguidores de Jesús.
Es el Papa, los obispos y los sacerdotes.
Ninguna de estas respuestas se ajusta a la verdadera definición de
Iglesia. No es un lugar de reunión; tampoco podemos decir que
sea una “asociación” de los cristianos y cristianas, ni tampoco está
compuesta únicamente por la jerarquía eclesiástica.
Iglesia proviene del griego ekklesia, que significa “asamblea o reunión
de ciudadanos convocados por un mensaje público”. Así, en la Iglesia:
— Los ciudadanos convocados son los cristianos y cristianas.
— El mensaje público que los convoca es el de Jesús.
Ya en el Nuevo Testamento, la comunidad cristiana emplea ese tér-
mino para referirse a sí misma, indicando así que ella es la asamblea
de Dios, la verdadera comunidad de Dios.
En el documento Lumen Gentium, elaborado por el Concilio Vaticano II,
se define a la Iglesia como el Pueblo de Dios, es decir, el conjunto
de todos los bautizados y creyentes convocados por Dios.
Por lo tanto, la Iglesia es de Dios. Los cristianos forman parte de la
Iglesia, la componen, pero quien los llama, los convoca a pertenecer a ella, es Dios.
Realidad mistérica
Así, la Iglesia no es una realidad exclusivamente humana. Recordemos que, en sus inicios, es el Espíritu Santo
prometido por Jesús a sus apóstoles, el que le da vida y guía a la Iglesia de las primeras comunidades cristianas,
de las cuales nos habla Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles, y Pablo en sus distintas cartas, al igual
que Pedro.
En este sentido, podemos distinguir dos realidades en la Iglesia:
— Una realidad externa y visible, formada por la comunidad de las personas que integran la Iglesia, así como
su estructura y organización.
— Y una realidad espiritual e invisible, en cuanto que la Iglesia procede de Dios y sus miembros están unidos
a Jesús formando un solo cuerpo.
Es por eso que la Iglesia constituye una realidad mistérica, tal como lo expresa el Concilio Vaticano II:
Cristo [...] instituyó y mantiene continuamente en la tierra a su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y
amor, como un todo visible, comunicando mediante ella la verdad y la gracia a todos. Pero [...] la asamblea
visible y la comunidad espiritual, la Iglesia de la tierra y la Iglesia enriquecida con los bienes del cielo, no
deben ser consideradas como cosas distintas, sino que más bien forman una realidad compleja que está
integrada de un elemento humano y otro divino.
Lumen Gentium, nº 8
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