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analizó los genomas de ciu- dadanos británicos recogi- dos en la base de datos de investigación UK Biobank y también datos de la empresa privada estadounidense 23andMe, que vende prue- bas personales de genética. Cada participante había indi- cado su patrón de sueño previamente en una en- cuesta. Sin embargo, los científicos buscaban una medida más objetiva del cro- notipo, así que incluyeron en el análisis datos de 85.760 personas cuyas horas de sueño se registraron con una pulsera de actividad.
El estudio confirma que quienes estaban genética- mente predispuestos a ser alondras se dormían de media 25 minutos antes en el día que los búhos. Obtu- vieron esta medida al com- parar el 5% de personas que tenían en su ADN más genes tempraneros con el 5% que tenía menos. La di- ferencia de horarios entre un extremo del espectro y el otro parece modesta, pero es estadísticamente signifi- cativa. No había diferencias, sin embargo, en la duración ni la calidad del sueño.
Aunque los matutinos decla- ran mejor bienestar en gene- ral y se detectó que sufrían menos casos de depresión y de esquizofrenia, los investi- gadores no han encontrado que ser madrugador proteja contra otras enfermedades, como diabetes u obesidad. “Esto fue un poco sorpren- dente”, dice el biólogo Sa- muel Jones de la Universidad de Exeter, uno de los autores del estudio. “Muchas investigaciones han encontrado que los búhos tienen una peor regulación metabólica y quizá un riesgo de diabetes y obesidad. Pero esos estudios suelen
ser de correlación; nosotros al usar genética hemos po- dido inferir la causa y el efecto”.
Jet lag social
Una posibilidad para explicar los resultados previos es que haya un tercer factor común a quienes se acues- tan tarde y a quienes pade- cen esas enfermedades, explica Jones. Pero también es posible que ser búho no sea intrínsecamente malo para la salud, sino que lo perjudicial es levantarse pronto por compromisos so- ciales y laborales cuando la genética te predispone a lo contrario. Esto produce de- sajustes en los relojes bioló- gicos internos, o jet lag social, y tiene consecuen- cias negativas demostradas para la salud.
de Cronobiología de la So- ciedad Española de Sueño (SES), que no participó en este estudio, asegura que "si viviésemos en una sociedad en la que cada uno pudiese organizar sus horarios (tra- bajo, sueño, etcétera) libre- mente, sería indiferente para la salud ser matutino o ves- pertino". Pero Martínez, que también es gerente de la empresa de asesoría circa- diana Kronohealth, matiza que para los búhos eso solo se cumpliría "siempre y cuando usásemos luz artifi- cial intensa durante las horas de vigilia y evitasemos la luz durante las horas de sueño".
La incidencia de la luz es un factor importante porque de- tiene la producción de mela- tonina, una hormona que favorece el sueño. Un con- sejo para adelantar la rutina cuando el cuerpo no te lo pide es exponerse a la luz, natural o de la lámpara, a primera hora de la mañana, incluso antes de despertar.
Reportaje
Curiosamente, Jones y sus compañeros han encontrado que algunos de los 351 genes asociados al crono- tipo se expresan en las célu- las de la retina, en el ojo, algo que sugiere que “las alondras probablemente per- ciben la luz de forma ligera- mente distinta a los búhos”, según el autor del estudio.
Otros genes que han identifi- cado se expresan en el hipo- tálamo, una región del cerebro con funciones de re- gulación del sueño y la vigi- lia, algunos participan en el metabolismo de insulina y los hay que influyen en el procesado de sustancias es- timulantes, como la cafeína y la nicotina. Todo esto apunta a diferencias fisioló- gicas intrínsecas entre búhos y alondras, pero serán necesarios estudios detallados para desentrañar cómo o por qué afecta cada una de estas variantes gené- ticas al cronotipo y por ex- tensión a la salud mental.
Edición 808 Del 31 de enero al 6 de febrero del 2019
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Precisamente, muchos de los genes identificados en este estudio son los respon- sables de regular los relojes circadianos del cuerpo, pro- cesos bioquímicos que gobiernan la periodicidad de las actividades celula- res. Jones señala que “el ritmo circadiano se puede entrenar, hasta cierto punto”, sobre todo inten- tando mantener una rutina para acostarse y desper- tarse siempre a la misma hora. “Si eres una persona de tarde, puedes lograr avanzar gran parte del ca- mino hacia ser una per- sona de mañana”, explica
el investigador. Pero añade: “Los genes te de- tendrán en el tramo final porque los búhos tienen un reloj interno que corre un poco más despacio. Eso es genético y no se puede cambiar”.
Maria José Martínez, la coordinadora del Grupo
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