Page 18 - Edicion 827 El Directorio
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Mundo
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No debió gustarle, pero igual peleó y resultó gravemente herida en una de las batallas. Al final de esta etapa "la co- ronela" decidió transformarse de manera definitiva en "el coronel". Nunca más permitió que la llamaran Amelia Ro- bles, "la Güera Amelia" o la "coronela" Robles.
En adelante sería el coronel Amelio Robles Ávila, y como tal tuvo una activa vida polí- tica en el Partido Socialista de Guerrero y la Liga de Co- munidades Agrarias, donde siguió ligada a viejos compa- ñeros de batalla como el también ex zapatista Adrián Castrejón y el obregonista Rodolfo López de Nava.
El primero como gobernador de Guerrero y el segundo como gobernador de Morelos jugaron un papel muy impor- tante en el reconocimiento político y militar oficial de Amelia ya convertida en Amelio Robles –y en ade-
Así que "la coronela" volvió a tomar las armas en 1924 para apoyar el gobierno del general Álvaro Obregón, pre- sidente de México. Al tomar esa decisión, Amelia tuvo que aceptar que su grado no fuera reconocido –tal vez
lante así aparecerá en este texto.
La batalla por el reconoci- miento
Fue precisamente el gober- nador Rodolfo López de Nava quien le extendió un certificado de méritos revolu- cionarios y recomendó su in- greso a la Legión de Honor Mexicana, de la Secretaría de la Defensa Nacional, apo- yado por otros correligiona- rios.
Para entonces, el coronel Amelio Robles ya tenía una relación sentimental con una mujer de nombre Ángela To- rres, con quien adoptó una hija: Regula Robles Torres.
No era su primera relación. Cuando joven, corrió el rumor de que había raptado a una muchacha, y después que tuvo "vínculos sentimen- tales" con otra joven de nom- bre Lupita Barrón.
Además quiso que su archivo en el Ejército llevara como nombre Amelio. En 1955 co- menzó los trámites para que así apareciera en el Archivo de Veteranos de la Secreta- ría de la Defensa Nacional y ese mismo año solicitó el es- tudio de sus antecedentes revolucionarios para obtener la condecoración del "Mérito Revolucionario".
Los resultados de aquellos trámites tardaron un poco. Amelio Robles tuvo que es- perar hasta 1970 para que lo reconocieran oficialmente como "Veterano de la de la Revolución" y aprobaran su ingreso a la Legión de Honor Mexicana.
Después, en 1973, obtuvo por fin la condecoración del "Mérito Revolucionario", lo que le valió recibir una ayuda económica durante dos meses. También lo recono- cieron los ex presidentes Adolfo López Mateos, Ma- nuel Ávila Camacho y Luis Echeverría, así como de dis- tintos gobernadores de Gue- rrero que le rindieron honores como destacado re- volucionario.
Dato curioso. Sus investiga- doras académicas descubrie- ron que el coronel Amelio Robles tuvo que incluir un acta de nacimiento falsa en su expediente personal de los archivos militares.
"El documento da fe del naci- miento del niño Amelio Mala- quías Robles Ávila", escribe Gabriela Cano. "Salvo el sexo y el nombre del bebé, todos los demás datos coin- ciden con el acta de naci- miento original del libro del registro civil de Zumpango del Río".
Por supuesto su historia y su personalidad atrajeron a la prensa, que exponía sobre todo los méritos militares del coronel Robles, y no tanto su pasado. Aunque Miguel Gil, el periodista del diario El Uni- versal que lo entrevistó en 1927 no puede esconder su sorpresa cuando describe un detalle.
Dice el periodista: "...al arre-
mangarse el pantalón para mostrar la cicatriz que una bala le dejó en la pierna veo que usa calcetines y ligas de hombre. ¡Pequeño detalle, pero detalle al fin!"
Todo en Amelio era mascu- lino –menos su cuerpo, claro–, describe Gil: "La forma de usar el saco, los pantalones y el sombrero la- deado un poco a la izquierda y puesto con garbo no eran sino indicio de masculinidad".
Pero en su tono no hay burla ni desprecio. Curiosidad, quizá, ante aquel coronel que es hombre, pero nació mujer. Para el periodista se trata, simplemente, "de un tipo so- berbio para una novela".
Hasta aquí parece que trans- currió fácil la vida del coronel Amelio. Pero no fue así. In- cluso tuvo que pagar con la cárcel –por segunda vez– el asesinato de dos hombres que lo asaltaron con el pro- pósito de "descubrir su se- creto corporal", afirma la investigadora Cano.
"El encarcelamiento debió acarrearle la humillación adi- cional de estar recluido en el departamento de mujeres", presume Cano.
Si es cierta o no la anécdota, el coronel nunca renunció a su identidad como hombre y los roles que le correspon- dían en la época. Allí están las fotos que comprueban que Amelio Robles vestía como todo un caballero y mi- litar.
A pesar suyo, todavía pesa sobre su historia el nombre que él enterró. Una escuela primaria de su pueblo y el museo que fue su casa lle- van el nombre de "Coronela Amelia Robles".
por ser mujer–, y confor- marse con el grado de sar- gento.
El Directorio Comercial Latino de Montreal
  Edición 827 Del 13 al 19 de junio del 2019







































































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