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Edición 854 - Del 26 al 31 de diciembre del 2019
El Directorio Comercial Latino de Montreal 17
Mundo
 compuestos en los aerosoles estaban destruyendo la capa de ozono, trabajo que lo con- dujo a un Premio Nobel. No se contentaba sólo con pu- blicar en revistas científicas, pidió la eliminación gradual de los productos químicos nocivos, conocidos como clorofluorocarbonos o CFC.
Sus acciones atrajeron críti- cas de sus colegas, pero él se mantuvo firme.
"¿De qué sirve haber desa- rrollado una ciencia lo sufi- cientemente bien como para hacer predicciones, si al final todo lo que estamos dis- puestos a hacer es esperar y que se hagan realidad?”, dijo Rowland al famoso neoyor- quino en una entrevista en 1986. (Al año siguiente, los países firmaron un acuerdo internacional que prohíbe los CFC lo cual permitió la recu- peración del agujero de ozono).
Muchos científicos del clima ahora sienten el mismo sen- tido de urgencia mientras ob- servan sus propias predicciones cobrar vida en forma de incendios extre- mos, tormentas y olas de calor.
Los investigadores han en- tendido durante más de 40 años que actividades huma- nas como la quema de com- bustibles fósiles estaban calentando el planeta. Pero sólo un puñado habló sobre las consecuencias.
“Realmente hubo un obstá- culo que tuve que superar”, dijo Ghan. El sentimiento entre los investigadores era que “si comienzas a defen- der una política, comprome-
terías tu ciencia”.
En última instancia, sus preocupaciones sobre el cambio climático superaron sus temores de consecuen- cias profesionales. También estaba cansado de las acu- saciones, principalmente de conservadores políticos, de que los científicos climáticos estaban perpetrando un en- gaño para ganar dinero, o que todos eran liberales si- guiendo la línea del Partido Demócrata.
“Parte de esto es la ofensa de que nuestra integridad sea desafiada”, dijo Ghan, quien se jacta de haber vo- tado por ambos Bush para presidente. De hecho, una de las razones por las que ha aceptado el plan de tari- fas de carbono y dividendos es porque cree que tiene atractivo en todo el espectro político. (Utilizó su caminata para recaudar dinero para el Citizens’ Climate Lobby, que promueve esa política).
Dutton lo evadió por un tiempo también. “Sentí que había una línea que no de- bería cruzar”, dijo.
Pero su vacilación terminó después de que le pidieran que hablara en su Marcha por la Ciencia en 2017. “Yo también soy un humano que se verá afectado por el cam- bio climático”, dijo.
Y a pesar de sus preocupa- ciones, dijo que no ha reci- bido ningún rechazo de sus compañeros. “Por lo general, lo contrario”, dijo. (Sin em- bargo, los científicos que en- tran en la refriega experimentan abusos de los negadores del clima, espe-
cialmente si son mujeres).
La elección de Donald Trump fue un punto de infle- xión para Adam Sobel, un científico atmosférico de la Universidad de Columbia. Durante mucho tiempo se había contentado con “es- conderse en mi agujero y hacer mis cosas”, dijo. Pero no podía quedarse callado cuando el presidente parecía tener tan poca consideración por los hechos, la base de la ciencia.
“Todo nuestro trabajo se trata de lo que es verdad y lo que no es verdad”, dijo.
Ahora Sobel se une a las marchas, como la Global Cli- mate Strike en septiembre, y firma peticiones para una ac- ción climática más rápida. Dijo que siente el peso de la historia.
“Si recuerdo esto en 50 años, ¿qué me gustaría verme haciendo?”, dijo. “Si lo miras de esa manera, es difí- cil para mí ver cómo un cien- tífico puede justificar el completo silencio y la inac- ción”.
De hecho, algunos investiga- dores ahora aceptan la idea de que su experiencia les exige unirse a la conversa- ción pública.
“Si no somos nosotros los que hablamos al respecto, ¿quién lo hará?”, dijo Helen Amanda Fricker, glacióloga de la Institución Scripps de Oceanografía en San Diego. Fricker fue uno de los aproxi- madamente 1.500 científicos que recientemente declara- ron su apoyo a Extinction Rebellion, un grupo ambien-
talista cuyas elaboradas pro- testas climáticas teatrales han afectado la vida en Lon- dres y otras ciudades. (Tam- bién ha estado asesorando a la organización con la espe- ranza de moderar parte de su retórica y mejorar su pre- cisión científica).
La petición es una de varias declaraciones contundentes de científicos en el último año.
En abril, un grupo de 22 in- vestigadores líderes escribió una carta en la revista Science que se puso del lado de los activistas juveni- les que han catalizado un movimiento climático mun- dial.
“Sus preocupaciones están justificadas y respaldadas por la mejor ciencia disponi- ble”, escribieron los autores. “Las medidas actuales para proteger el clima y la bios- fera son profundamente ina- decuadas”.
Y el mes pasado, 11.000 científicos advirtieron en la revista BioScience que el mundo enfrenta una emer- gencia climática inminente y deben actuar rápidamente “para evitar sufrimientos in- decibles debido a la crisis cli- mática”. Propusieron varias soluciones, incluida una tran- sición más rápida a la ener- gía limpia, comiendo menos carne y promover la planifi- cación familiar para mante- ner el crecimiento de la población bajo control.
Bill Ripple, el ecólogo de la Universidad Estatal de Ore- gón que dirigió el esfuerzo, dijo que se movió a actuar después de que el incendio
  






































































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