Page 13 - Edicion 839 EL Directorio
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Reportaje
impacto en la investigación europea, que tendrá que conformarse con objetivos menos ambiciosos, afec- tando a la política energética y poniendo en riesgo el bie- nestar económico y social.
Boris Johnson ha confir- mado que los investigadores británicos tendrán acceso a fondos de programas de in- vestigación e innovación, como Horizon 2020, hasta el 31 de octubre de 2019. Hasta hoy, las instituciones del Reino Unido han recibido 5,2 mil millones (14%) de fondos de Horizonte 2020, y cuatro de las cinco universi- dades con más éxito a la hora de conseguir financia- ción (Oxford, Cambridge, University College London e Imperial College) son súbdi- tas de su graciosa majestad, habiendo recibido sólo ellas 958 millones de euros.
La gran pregunta que se abre es ¿qué pasará des- pués del Brexit? Los detalles no están claros. Sin em- bargo, el Brexit obligará a Gran Bretaña a aumentar significativamente su contri- bución nacional a la investi- gación e innovación, así como a pagar más a los pro- gramas existentes de la UE si desean mantener su nivel actual de redes de investiga- ción, como hacen países como Suiza, Noruega, Tur- quía o Israel. Si no se desa- rrolla una estrategia efectiva para el mantenimiento de la investigación colaborativa in- ternacional, el Reino Unido se enfrenta al riesgo real de perder su liderazgo en la in- vestigación.
Los brexiters han afirmado que estará disponible un nuevo fondo para investiga-
ción (un total de tres mil mi- llones de libras, un aumento del 33% sobre el gasto ac- tual), para compensar la pér- dida de fondos de la UE. Esta cifra seguramente eclipsa los dos mil millones de euros y 19.000 empleos en investigación que actual- mente Europa financia en el Reino Unido. Sin embargo, es una promesa de unos po- líticos conocidos por ser los inventores de las fake news, lo que le resta gran parte de su credibilidad.
Pero el mayor problema no viene de la investigación, sino como señala de nuevo la revista Nature, el principal efecto de Brexit será una re- ducción en la movilidad. Casi 5.000 jóvenes españo- les eligen universidades bri- tánicas para su movilidad Erasmus+, a lo que hay que sumar los profesores y el personal de administración y servicios. La incertidumbre sobre las dificultades buro- cráticas y de inmigración pueden alarmar a muchos de ellos, reacios a enfren- tarse a trámites adicionales, incrementando las dudas ante cualquier desplaza- miento. Como es normal, al- gunos países están tratando de aprovechar la oportuni- dad. Por ejemplo, España lanzó este año el programa Beatriz Galindo, un proyecto destinado a atraer a los in- vestigadores, especialmente desde el Reino Unido. Del mismo modo SEPIE (Servi- cio Español para la Interna- cionalización de la Educación) está multipli- cando sus esfuerzos para atraer a estudiantes y talento de terceros países.
Un ejemplo del desapego que ya se está produciendo
se puede ver en el programa Universidades Europeas que se creó en 2017 por la comi- sión europea para "reunir a una nueva generación de europeos creativos capaces de cooperar a través de idio- mas, fronteras y disciplinas para abordar los desafíos sociales y la escasez de ha- bilidades que se enfrentan en Europa". La convocatoria se centró en la creación de redes bien financiadas de universidades europeas ca- paces de competir con uni- versidades asiáticas y estadounidenses mediante la atracción y el manteni- miento del talento en el Es- pacio Europeo de Educación Superior (EEES). Con el cie- rre de los plazos del Brexit, las universidades británicas no se presentaron al mismo, rompiendo décadas de rela- ciones a largo plazo con sus contrapartes continentales.
Una situación familiar se puede ver en la convocatoria más reciente del Consejo Europeo de Investigación (ERC), donde el Reino Unido ha sido tradicional- mente uno de los mayores beneficiarios. Como resul- tado, muchos grupos de in- vestigación están rompiendo relaciones con investigado- res británicos y buscando socios en otros lugares, como Israel o Europa del Este. El Brexit tendrá un fuerte impacto a largo plazo sobre el papel de las univer- sidades del Reino Unido en Europa. Hasta ahora, todas las universidades del Reino Unido han desempeñado un papel importante en el lide- razgo del EEES y han sido uno de los socios más bus- cados por otros países euro- peos al planificar la investigación o los intercam-
bios Erasmus. Nuestra expe- riencia como investigadores, con una amplia experiencia internacional, nos dice que tal vez ya no sea el caso. En nuestro caso personal, hemos visto la renuencia de los socios y colegas de in- vestigación a incluir universi- dades británicas al construir nuevos consorcios para pro- yectos de Horizonte 2020. Un Brexit sin acuerdo puede implicar un retiro de fondos para nuevos proyectos o un retraso en las transferencias de fondos para proyectos existentes.
Como señaló Giroux, ahora estamos en un mundo neoli- beral con universidades neo- liberales, donde existe una competencia global, nos guste o no. El Brexit no va a ser el fin de las universida- des del Reino Unido, pero va a reducir su capacidad de producir conocimiento, cola- borar internacionalmente y abordar problemas globales, y en consecuencia, van a ser mucho menos competiti- vas.
Ricardo García-Mira es Visi- ting Professor en el IPR de la Universidad de Bath y ca- tedrático de Psicología So- cial y Ambiental en el Departamento de Psicología de la Universidad de A Co- ruña. Ex diputado el grupo parlamentario Socialista. Jorge Sainz es Visiting Fe- llow en el IPR y profesor titu- lar en el Departamento de Economía Aplicada y Filoso- fía Moral de la Rey Juan Carlos. Ex secretario general de Universidades.
Edición 838 Del 29 de agosto al 4 de Setiembre del 2019
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