Page 17 - Edicion 810 El Directorio
P. 17
sempiternos rivales británicos, la eficacia de los navíos ale- manes. El cañonero SMS Panther, el mismo que detona- ría la crisis de Agadir en Ma- rruecos en 1911, persiguió a una goleta que burló el blo- queo pero encalló, por desco- nocimiento de la batimetría de aquellas aguas, cerca del cas- tillo de San Carlos de la Barra. Los artilleros venezolanos no desaprovecharon la ocasión y dispararon contra el
blicas del Caribe y Sudamé- rica. En las intervenciones en países extranjeros,Washing- ton esgrimía también la de- fensa de la libertad o del buen gobierno, según convenía. Al- bert J. Beveridge, gran apolo- gista de la expansión estadounidense, alegaba que la premisa que defiende que «todo gobierno justo deriva su autoridad de la voluntad de los gobernantes, se aplica sola-
Mundo
un 20% con consecuencias desastrosas. Cuando co- menzó el siglo XX, la pobla- ción venezolana era mayormente rural y apenas un 16% sabía leer y escribir. La burguesía era incipiente y no existía una clase media. Las enfermedades pululaban por doquier (tuberculosis, palu- dismo, etc) haciendo estragos en unas personas en la que la esperanza de vida no reba- saba los 40 años. Por desgra- cia, hay constantes históricas que no cambian como el sufri- miento de la población vene- zolana por culpa de los vaivenes políticos y militares de sus dirigentes. Durante la Revolución Libertadora (1901- 1903), se perdieron cerca de 50.000 vidas en el transcurso de unos 437 confrontaciones o choques bélicos. En la ac- tual crisis, millones de venezo- lanos, según estimaciones de las agencias internacionales, han tenido que abandonar su país por motivos políticos, económicos y debido al es- tado crónico de inseguridad ciudadana. Para que nos ha- gamos una idea de la magni- tud de la tragedia, la población de Venezuela en 1901 no lle- gaba a los 3.000.000 de habi- tantes; más o menos, el número de venezolanos que, actualmente, ha tenido que marchar.
La economía ha sido uno de los puntales para explicar la crisis actual. El deterioro de las finanzas venezolanas du- rante el chavismo ha sido pro- gresivo. La moneda venezolana va acompañada de una hiperinflación difícil de asumir y necesitaríamos una calculadora para ir añadiendo cifras. Igualmente la necesita- ríamos para estimar la Deuda Nacional de Venezuela que se ha incrementado hasta máxi- mos históricos. En compara- ción, en 1900, la deuda
El Directorio Comercial Latino de Montreal 17
buque alemán. Curio- samente los disparos procedían de un
cañón Krupp de fabri-
cación alemana. La
crisis continuaba y
cada vez con redo-
blada agresividad.
Los alemanes se dis- pusieron a vengar la
que para ellos era
una afrenta y el 20 de
enero de 1903 el cru-
cero SMS Vineta
bombardeó inmiseri- cordemente, durante
ocho horas, el pueblo
inerme de San Carlos ocasionando cerca de
25 muertos. Hay que
recordar que todas
estas acciones no se
vieron amparadas por una de- claración de guerra formal.
mente a aquellos que son ca- paces de auto-gobernarse». Pero ¿quién decide qué país es capaz de autogobernarse o no? Mientras que las flotas europeas seguían su particu- lar guerra contra Venezuela, el presidente de los Estados Uni- dos, Theodore Rooosevelt (1858-1919), dejó bien claro que no quería ningún poder europeo en una zona de ac- ción que consideraba, exclusi- vamente, de predominio estadounidense. Roosevelt inauguró la tremenda política del Big Stick (gran garrote) que seguía sus palabras: «Habla en voz baja pero lleva contigo un gran garrote». Por desgracia, el presidente esta- dounidense utilizó más veces,
República de Argentina, Luis M. Drago (1859- 1921) que acuñó con su nombre la siguiente doc- trina: «El cobro de una deuda y de reclamacio- nes privadas no justifican el uso de la fuerza, ni la intervención armada, ni la ocupación territorial para cobrar el prés- tamo». Han pasado los años, incluso un siglo, y parece que, salvo el cambio de nombres, hay situaciones que no cam- bian. Nos despertamos cada día con anuncios de intervención internacio- nal, polarización de la so- ciedad o crisis económica en el país ca- ribeño. Es difícil evitar la
en sus relaciones con los paí- ses hispanoamericanos, el ga- rrote que la conversación entre susurros. El bloqueo naval fue levantado en virtud de los protocolos firmados en Washington el 13 de febrero de 1903 con las potencias eu- ropeas. Algún país iberoameri- cano intentó poner algo de cordura en este conflicto. Ésa fue la intención del ministro de Relaciones Exteriores de la
Y falta mencionar el último convidado al festín: EEUU. En aquel entonces, y tras la fulgu- rante guerra hispano-estadou- nidense (1898) por la cual España perdía sus últimas po- sesiones coloniales, los Esta- dos Unidos mostraban un claro expansionismo que ali- mentaba a sus industriales, banqueros y políticos. A la Doctrina Monroe (1823), que determinaba que «América era para los americanos», ha- bría que añadirle la coletilla de «americanos del Norte» puesto que EEUU empezó una política intervencionista en varias de las jóvenes repú-
tentación de comparar el ulti- mátum de la Unión Europea, al fin y al cabo controlada por Alemania, con el que emitió el Imperio Alemán hace más de 100 años. Se ha comentado mucho que uno de los ingre- dientes de la actual crisis ve- nezolana es la caída del precio del petróleo, verdadero monocultivo del país caribeño, que lo enriqueció sobrema- nera pero que lo hace extre- madamente dependiente de cualquier variación de su pre- cio. ¿Es comparable, sal- vando las distancias, con la caída del precio del café hace 100 años, por entonces su gran producto exportador? Durante la crisis de 1902-1903 el precio del café se contrajo
Edición 810 Del 14 al 20 de febrero del 2019