Page 10 - Edición 789 El DIrectorio
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Reportaje
Diamantes de laboratorio: más éticos, baratos... e imposibles de distinguir a simple vista
   Se fabrican en laboratorios, son idénticos a los natura-
cialmente los altísimos pre- cios, logró identificar en el
cado.
líquido... El gemólogo mues- tra las herramientas de su día a día (varias de ellas fa- bricadas por la propia De- Beers) con la misma precisión con la que usa las pinzas para sacar y guardar piedras, algunas de ellas di- minutas. Pese a que la alarma es más o menos re- ciente, el boom del diamante sintético no es precisamente nuevo. "Es algo que lleva ha- ciéndose desde 1954, pero su uso ha sido sobre todo in- dustrial, ya que el polvo de diamante es un perfecto abrasivo", señala Gavrilenko. "Pero el proceso se ha hecho mejor, más rápido y más ba- rato. En 2012 empezó a riva- lizar en el precio con el natural. Y a partir de esa irrupción ha sido algo impara- ble. Hay cada vez más y sus precios han ido cayendo en picado". Ahora mismo el dia- mante sintético representa menos de un 1% del mer- cado global. Sin embargo, un estudio de Morgan Stanley cifra ese porcentaje en un 7,5% para 2020. Según De-
imaginario colectivo el definitivo regalo de compromiso: el anillo de diamantes. Desde entonces, el gran desafío al que se habían enfren- tado las corporacio- nes del sector fue desligar la proce- dencia de sus pie- dras de los países en conflicto, los lla- mados diamantes de sangre. Después
HA SIDO UN PRODUCTO TAN IMPORTANTE PARA LAS JOYERÍAS DURANTE TANTAS DÉCADAS QUE LA GENTE EMPIEZA A TEMER QUE SE HUNDA EL PRECIO DEL NATURAL
  les... pero cuestan infinita- mente menos. El gigante De Beers los venderá a sólo 800 dólares el quilate para con- quistar un mercado en el que ya invierten famosos como Leonardo DiCaprio Transparente y brillante, sím- bolo de estatus y poder desde tiempos inmemoriales, el diamante es el mineral más duro del planeta y el mejor conductor térmico. Más allá de sus cualidades físi- cas, pocos objetos tienen el poder de fascinación que ejerce en el ser humano esta piedra preciosa generada hace millones de años en el interior de la Tierra. Pero lo que convirtió a la madre de todas las joyas en el símbolo que es ahora fue una cam- paña de marketing de 1947 con un inolvidable eslogan: Un diamante es para siem- pre, elegido el mejor del siglo XX por la revista Ad Age.Con la inestimable ayuda de Ma- rilyn Monroe, Audrey Hep- burn y otras estrellas del celuloide, DeBeers, la com- pañía que desde finales del siglo XIX poseía el monopolio mundial y controlaba artifi-
de la tormenta, los dilemas éticos y una enorme inver- sión en publicidad positiva, llegó la calma. El diamante recuperó su tendencia alcista tras la firma del Proceso de Kimberley en 2000, un sis- tema de certificación que pre- tende garantizar al consumidor que los diaman- tes que adquiere en su joye- ría no proceden de países en conflicto. DeBeers, Alrosa, Rio Tinto y las demás compa- ñías que dominan el mercado se las prometían muy felices. Pero ahora este negocio se enfrenta a un desafío aún mayor: el boom de los dia- mantes fabricados en labora- torio. Con las mismas propiedades ópticas, físicas y químicas que los naturales, su despegue pone en riesgo un negocio que mueve 75.000 millones de euros al año.Ante semejante pano- rama, DeBeers acaba de lan- zar su propia empresa de diamantes sintéticos (Light- box). Para muchos analistas, se antoja como una medida casi desesperada: tirar los precios hasta los 800 dólares el quilate para romper el mer-
Egor Gavrilenko, gemólogo El gemólogo Egor Gavrilenko recibe a PAPEL en el labora- torio de Análisis y Certifica- ción de Gemas del IGE (Instituto Gemológico Espa- ñol), que él mismo dirige, para tratar las claves de un asunto que trae al sector de cabeza. "Ha sido un producto tan importante para las joye- rías durante tantas décadas que la gente empieza a temer que se hunda el precio del natural", afirma quien re- cibe cada día a particulares y joyeros preocupados por la autenticidad y procedencia de sus piedras. Gavrilenko y su equipo se encargan de analizar las piezas que les traen, graduar su calidad y certificar su procedencia. Desde hace unos meses, el trabajo se ha intensifi-
cado. "Ambos tipos
son indistinguibles a
la vista y con los mé-
todos convencionales
que se han usado du-
rante décadas", dice.
"Pero hay aparatos
más sofisticados que
sí permiten diferen-
ciarlos y que se debe-
rán ir introduciendo
cada vez más en el
sector de la joyería". Espectómetros, escá-
neres en 3D, lápices
con diodos que emi-
ten luces fluorescen-
   10 El Directorio Comercial Latino de Montreal
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  Edición 789 Del 20 al 26 de septiembre del 2018





































































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