Page 93 - carlos llerasl
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cia se hizo a un lado, y no de cualquier manera:

               abandonó todo negocio o asunto de su oficio
               de comerciante que tuviera que ver, directa o

               indirectamente, con el Gobierno”. ¡Qué ense-

               ñanza en el comportamiento! Porque la ma-

               yoría lo que anhela es la cercanía a la amistad
               de los gobernantes para medrar, usufructuar.

               Por eso Lleras rememora que “de su intimi-

               dad conmigo no obtuvo, y no buscó provecho

               alguno, ni siquiera mínimo, ni se jactó ante na-
               die de una amistad que todos conocían y que

               él  no  recordaba  jamás”.  Esta  nota  se  podría

               asimilar a uno de los consejos del príncipe a

               los ciudadanos para que se acerquen a la amis-
               tad de éste con el limpio ademán de no que-

               rer romper ninguna de las reglas del decoro

               y de la extrema corrección en la cercanía a la

               administración. Es otra de las calidades de su
               escritura: la de dar lecciones; indicar compor-




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