Page 11 - Muestra Tan bueno como el pan
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David Franco
Por entonces, toda Europa vivía un momento que los historiadores llaman la
Revolución Industrial. Se construyeron muchas fábricas donde los obreros, usando
máquinas, producían objetos nuevos, con mucha rapidez y en cantidades jamás vistas.
Lamentablemente, en esas mismas fábricas, muchos de estos obreros eran maltratados por
los dueños: les pagaban poco dinero y se les hacía trabajar muchas horas al día. Además,
debían laborar en ambientes incómodos, contaminados y sin derechos. La juventud, tanto
masculina como femenina, era la más perjudicada. Al igual que muchas ciudades de
Europa, Turín también vivía esa injusticia.
Para ayudar a esa juventud explotada y marginada, Don Bosco había fundado la
Congregación Salesiana. ¿Cómo los ayudaría? Brindándoles educación: les enseñaría a
leer y a escribir, pero también un oficio (sastre, carpintero, zapatero, etc.). De esa manera,
los jóvenes podrían defender sus derechos y exigir mejores pagos por un trabajo bien
hecho.
La sede central de los Salesianos era el Oratorio de Valdocco en Turín. Hasta allí llegó
Pane para aprender. Tenía 15 años. En ese lugar pudo conocer personalmente a Don Bosco.
Su llegada al Oratorio de Valdocco coincidió con una fecha especial. Era agosto de 1871
y se cumplían doscientos años de la canonización de Santa Rosa de Lima: la ciudad a la que
entregaría los mejores años de su vida.
En ese momento, los Salesianos contaban con solo cinco obras en total: el Oratorio
de Valdocco en Turín (la principal, donde vivía Don Bosco), el Seminario de Borgo San
Martino y los colegios de Lanzo, Cherasco y Alassio. Todas dentro de esa región llamada
el Piamonte. Eso quería decir que aún no se había extendido por el resto de Italia. La
expansión de la obra de Don Bosco por Europa, América y el resto de continentes todavía
estaba lejana.
Si hoy los Salesianos en el mundo suman catorce mil, en 1871 eran cien veces menos:
solo ciento cuarenta. Fueron los muchachos como Pane quienes, años después, en su
adultez y convertidos en sacerdotes y coadjutores, pudieron expandir la congregación por
los confines de la Tierra.
En Valdocco, Pane aprendió mucho junto a Don Bosco. Por ejemplo, merece una
mención especial la devoción a la Virgen María en su advocación de Auxiliadora de los
Cristianos.
Solo tres años antes, en 1868, se había inaugurado en Valdocco (al costado del Oratorio
donde estudiaba Pane) la Basílica de María Auxiliadora de Turín. Su historia legendaria
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