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Juzgar

Las palabras finales de la misiva me hicieron recordar lo que
mi amigo Jesús me dijo en aquel lejano sueño que tuve la noche
anterior a mi primer día de clases. Hacer el bien a todos y el mal a
nadie, me dijo el Señor al iniciar este camino, y ahora me lo repetía
al concluir esta etapa por letra de Doña Margot. Así lo interpreté y
no tuve dudas al respecto.
-¡Y bien, una emotiva carta para todos ustedes!, comentó el
profesor. ¿Han caído en la cuenta de estar concluyendo una etapa
de la vida, quizás la más tierna de todas? Me encantaría ahora
interrumpir la clase para que libremente, quien lo desee, exprese El ser huma-
sus sentimientos al llegar a este punto del camino de la vida. Y no tiene un
como dice el nombre de nuestro colegio, ojalá todos lleguemos a ciclo de vida
ser luz del camino. y en cada
Como solía suceder, hubo instantes de silencio, mientras nos
mirábamos unos a otros. Al contemplar una vez más el asiento que etapa enfren-
Déreck dejó vacío, me atreví a abrir mi corazón. ta diferentes
-Llegué a esta escuela acompañado de mamá, que me apuraba circunstancias
y me daba buenos consejos en el camino. No conocía a nadie. La que hacen de
noche anterior había tenido un sueño extraño, donde sentí que me
hablaba Jesús y me pedía lo mismo que ha escrito Doña Margot. su vida una
Ese sueño nunca más se repitió. He podido compartir con alegría experien-
la amistad de cada uno de ustedes y las nobles enseñanzas de los cia única. La
profesores que Dios nos regaló durante estos años. Quería que etapa esco-
Jesús se me apareciera en persona, pero fui comprendiendo que
Él ha venido a mi encuentro en la persona de cada uno de ustedes lar es una
y también en los acontecimientos de mi vida, algunos muy alegres, de las etapas
como el día de la Primera Comunión, y otros muy tristes, como más bellas de
cuando Déreck, mi mejor amigo, partió a lejanas tierras y nos dejó
súbitamente. En mis primeros años sentí al Señor Jesús como un la persona.
ser mítico semejante a los ¡Aprovéchala!
héroes legendarios de los
cómics. Después entendí
que Él vive dentro de mí y
ahora intento encontrarme
con Él en la vida misma.
No sé qué nos esperará
en los años de enseñanza
secundaria, sólo sé que
Dios, que es Luz, camina
con nosotros y nunca nos
abandonará.
continúa

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