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c. ¿Qué me dice el texto?
d. ¿Estoy preparado para los nuevos retos?
Al cul-
minar el
Actuar año nos
prepara-
mos para la
-Llegué a la escuela con tintes de Navidad con
formalidad. Siempre tan aplicado y el tiempo de
reconocido por la buena conducta y el Adviento. En
éxito en las calificaciones. Sin darme
cuenta, creo que me estaba buscando este tiempo,
a mí mismo y llenando mi corazón de al igual que
orgullo. Cuando llegó Stephano, lo miré en nuestra
como a un rival, porque él también es muy inteligente y tiene muy vida, debemos
buenas notas, ahora, sin embargo, ya no compito con él y somos
muy buenos amigos. Detrás de esta apariencia formal he ocultado recordar mu-
afanes de éxito. Hoy siento que debo aprender a pensar un poco chos eventos
más en ustedes y un poco menos en mí mismo, dijo Doménico del pasado,
Becerra, mientras cerraba los ojos.
-Vine a la escuela con una herida abierta a raíz de la inesperada vivir el pre-
muerte de papá, siendo aún muy pequeña. El cariño de todos sente a fin de
ustedes y la ternura de nuestros profesores me ayudaron mucho a prepararnos
crecer y superar este dolor. Pero no sólo a papá, también un día he para el futuro.
llorado despidiendo a la señorita Carla, al profesor César y pronto
a Usted, querido profesor Rudy, pues en la secundaria ya no estará
con nosotros. Siento que la vida es así, bella como un pétalo de
rosa, pero también punzante como una aguda espina. Fueron las
emotivas palabras de María Fernanda Linares.
-Durante estos años crecí y aprendí muchas cosas. Aprendí a leer
y a escribir. Aprendí a sumar, restar, multiplicar y dividir. Siento que
la vida es también un aprendizaje continuo. Quiero aprender a ser
cada vez mejor persona y a quererlos más, porque todos ustedes
son mis amigos, expresó Gabriel García mientras juntaba sus manos
y miraba al suelo.
-Yo quisiera poseer el sentido de fe que veo en ustedes, pero
siento que no lo tengo. Quizás haya en mi vida algo que debo
sanar y de lo cual no soy muy consciente. Cuando llegué a este
colegio no me recibieron bien al principio, pero jamás olvidaré que
poco a poco ustedes me fueron aceptando y queriendo como soy.
Tengo un largo camino por recorrer para madurar, expresó Valeria
Monjaraz, mientras una lágrima caía de sus ojos.
continúa
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