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del campo con mucha hambre a punto de desmayar, así que le pidió a su
                                                 hermano que le diera de comer. Conociendo el carácter impulsivo de su
                                                 hermano Jacob, le respondió: “véndeme primero tu primogenitura” (Gn
                                                 25, 31). Al no tener ningún interés por las cosas espirituales, Esaú accedió
                                                 y vendió su primogenitura a Jacob. Cuando Isaac estaba en su lecho de
                                                 muerte llamó a Esaú para darle su bendición. Así que Jacob le pidió a
                                                 Esaú salir a cazar y así preparar una cena especial para después de comer
                                                 darle su bendición. Al escuchar lo que Isaac estaba por hacer con Esaú,
                                                 Rebeca, ayudó a Jacob a vestirse con pieles para parecer como Esaú, ya
                                                 que Isaac era ciego y solo reconocía a sus hijos tocándoles. Jacob entró
                                                 vestido como Esaú a las tiendas de su padre cuando Esaú todavía seguía
                                                 fuera cazando el ganado e Isaac bendijo a Jacob pensando que era Esaú.
                                                 Al regresar de la casa Esaú se enojó tanto que Rebeca le pidió a Jacob
                                                 salir de su pueblo por temor de que fuera muerto por su hermano.  Huyó
                El Catecismo de                  a casa de su tío Labán, trabajando para él por varios años. Se casó con
                  la Iglesia Ca-                 Lía y Raquel, llegando a tener doce hijos. Huyendo de Esaú, que quería
                                                 vengarse de él, soñó una noche con una escalera que unía el cielo y la
                 tólica nos dice                 tierra y de la cual subían y bajaban ángeles de Dios. Otra noche, estando
                 que los padres                  solo a orillas de un río, vio llegar a un personaje extraño, con el cual peleó
                 han recibido la                 toda la noche, sin saber que era un ángel de Dios. Éste no pudo vencerlo,
                                                 pero le hirió en el muslo y le cambió el nombre, llamándole Israel. Gracias
                responsabilidad                  a Dios, pudo reconciliarse con su hermano Esaú. Su historia todavía se
                  de evangeli-                   prolonga en la historia de uno de sus hijos llamado José.
                 zar y educar a                                                                            continúa
                 sus hijos desde
                temprana edad.          5     Respecto al texto leído, ordena cronológicamente las siguientes
                (CIC 2225). En la             imágenes:
                Biblia encontra-
                mos momentos
                  en los que se
                 habla de “ben-
                dición paterna”
                  encontramos
                   en la Biblia
                 momentos así
                 en Génesis 27,
                también la ben-
                dición aarónica
                  en Números                              Actuar
                6,24-26, además
                 de la de Tobías
                  en el capítulo
                      5,17.                            Cuando concluyeron, el profesor nos preguntó:
                                                       -¿Qué enseñanza pueden sacar de toda esta historia?
                                                       -Parece una historia artificiosa y hasta mal escrita, llena de
                                                    envidias, rivalidades, celos, traiciones y venganzas, comentó
                                                    Valeria.
                                                       -Tienes parte de razón, expresó el profesor. Pero también
                                                    hay que decir que es una historia marcada por una promesa a   continúa


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