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7 Comparte con tu clase si es que hubo algún momento en tu vida en el
que te perdiste o te alejaste de tus padres. ¿Qué te dijeron? ¿Qué pasó,
cuando te encontraron?
Juzgar
Fue en Caná
de Galilea
donde Jesús
El Niño creció y llegó a ser adulto. Fue entonces, hacia los treinta
años de edad, cuando comenzó la misión de anunciar el Reinado de realizó el pri-
Dios. Él y sus discípulos viajaron con su madre, María, a una boda mer milagro.
en Caná, en Galilea. El anfitrión de la boda se había quedado sin
vino y la Madre del Señor acudió a Él en busca de ayuda. Al principio
Jesús se negó a intervenir, pero luego cedió y le pidió a un siervo
que le trajera grandes tinajas llenas de agua. Él convirtió el agua
en un vino de mayor calidad que cualquier otro servido durante
la boda. Fue la primera señal de la gloria de Jesús y la fe de sus
discípulos en él. Después de la boda, Jesús y sus discípulos fueron
a Jerusalén para la Pascua. En el templo vieron a los cambistas y
comerciantes vendiendo mercancías.
En una rara muestra de ira, Jesús volcó
las mesas y, con un látigo hecho de
cuerdas, los expulsó, declarando que
la casa de su Padre es casa de oración y
no cueva de ladrones. Mientras viajaba Tiberíades es
por Judea y Galilea, usaba parábolas y la ciudad más
signos milagrosos para explicar cómo
se estaban cumpliendo las profecías y importante
que el Reinado de Dios estaba cerca. Sucesivamente sanó a muchos: cerca al lago
leprosos, endemoniados, ciegos, paralíticos y hasta devolvió la vida a de Galilea y se
personas muertas. A medida que se corrió la voz de sus enseñanzas
de Jesús y signos, más personas le seguían. En un momento dado, convirtió en
Jesús llegó a una colina y se le unió un gran número de personas. la residencia
Allí, en el Sermón del Monte, presentó un bello discurso, hablando de Herodes
de las bienaventuranzas. Cerca de la ciudad de Cesarea de Filipo, el Antipas.
Maestro habló con sus discípulos y les preguntó: “¿Quién dicen que
soy yo?” La pregunta los confundió, y solo Pedro respondió, diciendo:
“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. El Señor bendijo a Pedro,
aceptando los títulos de “Cristo” y el “Hijo de Dios”, y declaró a Pedro
que sus palabras eran una revelación divina de Dios. Además, puso
a Pedro como cabeza de la Iglesia que estaba fundando. Entonces
el Señor advirtió a sus discípulos de la conspiración de los fariseos
contra Él y de su destino de sufrir y ser asesinado, para resucitar
después de entre los muertos al tercer día. continúa
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