Page 22 - tan bueno como el pan
P. 22
V
Su viaje al Perú
n 1890, la Beneficencia Pública de Lima recibió una importante donación de dinero
para crear un colegio exclusivo para niñas. Este debía ser dirigido por monjitas.
EPero existían religiosas de muchas congregaciones. ¿A cuál de todas confiarían esa
escuela? Y se acordaron de las Hijas de María Auxiliadora, las Salesianas de Don Bosco,
mencionadas en el libro traducido por fray Torrá.
Desde Lima se contactaron con Don Rúa, que era el nuevo Rector Mayor de los
Salesianos tras la muerte de Don Bosco.
Tras algunos meses de negociaciones, el 26 de julio de 1890 se firmó el contrato en
Turín para la llegada de las Salesianas al Perú. Ellas dirigirían el nuevo Instituto Sevilla del
Rímac en Lima. Se llamaba así en homenaje al donante del dinero, el empresario peruano
José Sevilla Escajadillo, fallecido algunos años atrás.
Pero también se necesitaba la presencia de sacerdotes salesianos que ayudaran a sus
hermanas en las tareas espirituales. Por ello se acordó que las Salesianas enviadas al Perú
llegarían acompañadas de sus hermanos sacerdotes.
En las actas del Capítulo Superior de los Salesianos se escribió: “Se acepta la Casa de
Lima para nuestras hermanas, que irán acompañadas de tres salesianos. Su finalidad es
educar al trabajo y a la piedad a las hijas del pueblo”. La decisión estaba tomada: la semilla
de Don Bosco sería sembrada en el antiguo país de los incas.
Las hermanas elegidas fueron sor Luisa Pompignoli, sor Lavinia Albertini, sor Luisa
Grassi, sor Marcelina Zinelli, sor Rosa Devalle, sor Teresa Tapparello, sor Isabel Mayo,
sor Luisa Ruatta y la directora sor Ángela Piai. Todas jóvenes salesianas que asumieron
con valentía la decisión de atravesar el océano hacia un continente y un país totalmente
desconocido para ellas.
21