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en el tracto urinario superior más tiempo que lo habitual, favoreciendo la infección de los riñones. Es más común durante la segunda mitad del embarazo, presumiblemente por el incremento de la obstrucción ureteral y estasia urinaria en la medida que el embarazo progresa. Usualmente es unilateral, predominando en el lado derecho como resultado de la dextrorotación uterina2-3.
FACTORES DE RIESGO
• Historia de infecciones del tracto urinario.
• Episodios repetidos de infección cérvico-
vaginal (3 o más).
• Historia de abortos de segundo trimestre o
parto prematuro de causa no precisada.
• Existencia de litiasis o malformación de la
vía urinaria.
• Actividad sexual f recuente.
• Bajas condiciones socioeconómicas y
culturales.
• Diabetes durante el embarazo2.
FISIOPATOLOGÍA
Los organismos que causan ITU en el embarazo son los mismos uropatógenos que comúnmente causan ITU en pacientes no embarazadas. Escherichia coli es el organismo aislado más común. Un análisis retrospectivo de 18 años encontró que E. coli es el agente causal en el 82.5 % de los casos de pielonefritis en pacientes embarazadas. Otras bacterias que se pueden ver incluyen Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus, Streptococcus, Proteus y Enterococcus.
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
El diagnóstico se hace por los síntomas y signos, y se ratifica por el sedimento de orina y el urocultivo. El urocultivo se obtiene de la muestra del segundo chorro de orina de la mañana. Previamente debe hacerse aseo riguroso del meato urinario y colocación de tapón vaginal. Es necesario que la muestra se encuentre en el laboratorio dentro de las 2 horas siguientes a la toma.2 En la recolección de muestras de orina en el embarazo, algunas consideraciones son dignas de mención. Los pacientes que están bien hidratados pueden excretar orina diluida, lo que hace que algunos parámetros evaluados sean menos precisos.
La hematuria puede verse como resultado de la contaminación, particularmente cuando se recolectan muestras de pacientes en trabajo de parto o posparto. Debido a la reabsorción reducida de proteínas, normalmente se pueden excretar pequeñas cantidades de proteínas. La contaminación, como puede ocurrir con la descarga mucosa, también puede contribuir a la presencia de material proteináceo en la orina de las mujeres embarazadas.
El análisis de laboratorio debe incluir recuento sanguíneo completo (CSC), electrolitos y creatinina sérica. Los estudios personalizados deben incluirse, según corresponda, para excluir otras causas de síntomas del paciente, por ejemplo, amilasa y lipasa si la pancreatitis se considera un potencial diagnóstico. Si existe preocupación por la sepsis, se deben obtener ácido láctico y hemocultivos. Todos los cultivos deben obtenerse lo antes posible y antes de comenzar la terapia con antibióticos. 1
MANEJO DE LAS INFECCIONES URINARIAS DURANTE EL EMBARAZO
Se debe realizar tratamiento antibiótico con el fin de prevenir las complicaciones sépticas, además del aborto y el parto prematuro (Recomendación A).
En el tratamiento deben utilizarse antibióticos que sean efectivos contra los microorganismos aislados: Escherichia coli (95 %), Kiebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis, Staphilococcus coagulasa (-), Streptoccus agalactiae y Enterobacter sp (5 %). Debe considerarse, además, la susceptibilidad antimicrobiana mostrada por el antibiograma. En el embarazo, se usan antimicrobianos betalactámicos y especialmente cefalosporinas. La nitrofurantoína tiene un uso más restringido debido al riesgo potencial extremadamente bajo de anemia hemolítica en poblaciones susceptibles, cuando se utiliza cercana al término. La ampicilina no debería utilizarse porque su uso masivo ha generado tasas inaceptables de resistencia. Se reserva la ampicilina para el tratamiento de la BA e IUB por Streptococcus agalactiae.
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