Page 9 - Revista Nuevos Aires de Bolívar (Nº 20)
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Nuevos Aires
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          Esta es una de las virtudes del niño mo- ta para un niñito un poco tarado. Mucho
      delo  que  más  ha  torturado  a  la  infancia  más si se trata de nueve. Y Sarmiento era
      argentina  hasta  la  aparición  de  la  nueva  un  niño  precoz.  También  lo  dice
      ola  de  niños  malos  (“revisionistas”).  en  Recuerdos  de  Provincia  cuando  relata
      “¡Nueve años sin una falta a la escuela de  que ingresó a la escuela a los cinco años
      primeras  letras!”,  comentan  estos  malva- “sabiendo leer de corrido, en voz alta, con
      dos. Y agregan ante el contrito magisterio:  las entonaciones que sólo la completa in-
      “¡Flor  de  burro  el  tal  niño  modelo  para  teligencia del asunto puede dar”.
      pasarse  nueve  años  aprendiendo  las  pri-
      meras letras! ¡Y después lo critican a uno      Con esto se derrumba la leyenda de los
      si repite el grado!”.                  nueve  años  de  asistencia  perfecta,  pero
                                             también  la  pretensión  vengativa  de  los
      Conviene poner las cosas en su lugar.   niños  malos  (revisionistas)  que  sostienen
          El mismo niño modelo nos dice que en  que era un burro. Ni un burro ni asisten-
      1821,  a  los  seis  años  de  su  ingreso  en  la  cia perfecta. Un niño cualunque; pero más
      escuela  de  primeras  letras  fue  llevado  al  bien aventajado, pues siempre fue el pri-
      Seminario  de  Loreto  de  Córdoba,  con  lo  mero de la clase.
      que los nueve años de asistencia perfecta
      que  nos  cuenta  quedarían  reducidos  a      Don  Leonardo  Castellani,  que  es  fraile
      seis.                                  y conoce mucho a los chicos, dice que “el
          ¿Volvió  el  niñito  modelo  a  la  escuela  chico que nunca se hizo la rabona es sos-
      primaria por tres años después del recha- pechoso”. En general todos los chicos afir-
      zo en el Seminario?                    man, como Dominguito, que nunca “se la
                                             hicieron”, pero conviene desconfiar.
          Es indiscutible que una asistencia esco-
      lar  perfecta  de  seis  años  a  la  escuela  de         Zoncera N ° 17 del libro
      primeras letras es una dosis excesiva has-           Manual de zonceras argentinas
                                                                   de Arturo Jauretche.
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