Page 175 - LA BEND PRIM 1
P. 175
El Misterio de la Bendición de . . . 173
Milenio; estamos a la vuelta de la esquina del próximo
Milenio. ¡Raya el alba, hijos del Dios Altísimo! ¡Raya el
alba, poseedores de la primogenitura!
Pero aunque raya el alba, no dejaremos ir al Ángel
Fuerte, a Jesucristo, para el pueblo hebreo, en donde se
asentará ese nuevo día milenial. ¡No te dejaremos, hasta
que nos bendigas!
Jesucristo, el Ángel Fuerte, la Columna de Fuego, está
con nosotros: el Ángel del Pacto manifestado, revelándose
por medio de Su Ángel; y no lo dejaremos, hasta que nos
bendiga para poder pasar a ese glorioso Reino Milenial, y
para poder enfrentarnos con el Esaú; y para que también el
Israel terrenal, 144.000 hebreos, puedan enfrentarse al Esaú
terrenal. Primero Israel necesita encontrarse con el Ángel
del Señor Jesucristo, en donde el Ángel del Pacto,
Jesucristo, en el fin del tiempo estaría revelándose.
Y así como los escogidos de entre los gentiles luchan
con el Ángel y no lo dejan ir hasta que los bendiga con
esa Bendición de la Primogenitura, y les dé ese Nuevo
Nombre, y selle en sus mentes, en sus frentes, y en todo
su ser (su alma, su espíritu y todo su ser), los selle en sus
frentes, entonces podrá el pueblo de Dios recibir la
transformación de sus cuerpos; y podrá el Ángel irse al
pueblo hebreo, para llamar, juntar y sellar, 144.000
hebreos.
Así que el Israel celestial, los escogidos de Dios, con la
Bendición de la Primogenitura, no lo dejarán hasta que
reciban la bendición plena de Dios correspondiente para
este tiempo final donde raya el alba.