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El Misterio de la Bendición de . . . 187
ministradores enviados a los herederos de salvación. A
ninguno de ellos dijo Dios: “Siéntate a mi diestra”, a
ninguno de ellos sentó Dios en Su Trono en el Cielo; pero
de Jesús habla que lo ha sentado en Su Trono, a Su diestra.
Ahora, Cristo es el que se ha sentado en el Trono de
Dios, a la diestra de Dios; y por consiguiente Él es el Rey
de los Cielos y de la Tierra, y ha sido dada a Él autoridad
y poder sobre los Cielos y sobre la Tierra. Cristo dijo:
“Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra” [San
Mateo 28:18], porque se sentó en el Trono de Dios.
El que está sentado en el trono es el que tiene poder
sobre todo su reino. Y al sentarse en el Trono de Dios todo
poder le fue encomendado a Cristo, otorgado a Cristo, y
por consiguiente es por medio de Cristo que Dios obra y
gobierna el Universo completo. Porque nuestro amado
Señor Jesucristo es el cuerpo de Dios, tanto el teofánico
como el físico glorificado.
Y ahora, por medio de Jesucristo nuestro Salvador es
que Él lleva a cabo Su Obra en medio de Su Iglesia, Dios
obrando por medio de Cristo en Su Iglesia.
Y ahora, la Bendición de la Primogenitura ya vemos que
la tiene (¿quién?) nuestro amado Señor Jesucristo, por lo
tanto Él es el Heredero de los Cielos y de la Tierra.
Ahora, Cristo pagó el precio de la Redención cuando
murió en la Cruz del Calvario.
Y esta lucha que hemos visto a través de la Biblia entre
Caín y Abel, en donde Caín mató a Abel: es la misma lucha
que fue llevada a cabo en el Cielo: el diablo luchando en
contra de Cristo; y es la misma lucha entre la serpiente y