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El Misterio de la Bendición de . . . 265
terminado, ahora falta la parte del Trono de Dios terrenal,
que es el Trono de David; y esa es la lucha, la batalla,
entre cristo y el diablo; y de eso no podemos hablar
mucho para que no se interrumpa.
Recuerden que en tiempo de guerra los oficiales
mayores no le dicen a los soldados ni a los otros oficiales
todo el programa, queda, por ejemplo, en el pentágono
cosas secretas, y ellos son los que ordenan y saben cuál va
a ser el resultado. Y los demás oficiales obedecen las
órdenes, pero los de arriba saben qué es lo que va a pasar.
A los otros oficiales no les tienen que explicar el por qué
le están dando esas órdenes; si le dan a conocer algo es
porque quieren, pero no porque están obligados a darle a
conocer detalles; porque puede pasar a los enemigos, y
entonces saber el enemigo lo que se va a hacer, y entonces
en la batalla anular todo el programa que tenía el ejército
bueno (vamos a decir), y el ejército malo entonces tener, el
ejército de los malos entonces tener ventaja contra el
ejército de los buenos.
Y el ejército del anticristo no debe tener ventajas contra
el Ejército de Cristo. El Ejército de Cristo es el Cuerpo
Místico de Cristo, los creyentes en Cristo nacidos de nuevo
de edad en edad.
Y ahí podemos ver la batalla que ha habido de edad en
edad, y cómo el reino de las tinieblas, el reino de los
gentiles en la etapa del imperio romano de los césares, vean
cómo se levantó en contra de los cristianos, de los
creyentes, en contra del mismo Cristo, pues ese imperio fue
el que crucificó a Cristo a petición de los líderes religiosos