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El Misterio de la Bendición de . . . 87
Ahora, vea usted, que en lugar de los primogénitos de en
medio del pueblo hebreo, esa Bendición de los
Primogénitos de en medio del pueblo hebreo, pasó a los
levitas, para Dios tomar a los levitas como los primogénitos
de en medio del pueblo hebreo, para que hicieran servicio
en el templo de Dios; ya que los primogénitos, o sea, todo
varón que nacía primero en la familia, o sea, el primer hijo
de la familia, si era varón, era el primogénito, tenía esa
bendición de ser el primogénito, tenía la Bendición de la
Primogenitura.
Pero estas personas, si no eran levitas, no podían
ministrar la Palabra en medio del pueblo hebreo, no podían
ser ministros en medio del pueblo hebreo, en el templo; por
lo tanto, esa Bendición de Primogenitura (porque todo
varón primogénito pertenece a Dios): entonces Dios tomó
a los levitas como los primogénitos (o por la bendición de
los primogénitos de Israel) en lugar de tomar a cada
primogénito que había nacido para el servicio de Dios.
Así que la Bendición del Primogénito entonces pasó a
los levitas, en lugar de quedarse en aquellas personas que
habían nacido primero.
Esto muestra que el ministerio en medio del Israel
celestial, el ministerio del Israel celestial, el cual será
manifestado aquí en la Tierra durante el Milenio y por toda
la eternidad es una Bendición de Primogenitura.
Esta Bendición de Primogenitura, por cuanto hemos
nacido en Dios y somos los primogénitos de Dios inscritos
en el Cielo, nos da derecho a ser reyes y sacerdotes sobre
la Tierra.