Page 109 - mago de oz
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animalitos diminutos como son los ratones me
salvaron la vida. ¡Qué cosa extraordinaria! Pero,
amigos míos, ¿qué hacemos ahora?
—Debemos seguir nuestro viaje hasta hallar
de nuevo el camino amarillo —dijo
Dorothy—. Después continuaremos la marcha
hacia la Ciudad Esmeralda.
Así, pues, una vez que el León se sintió
completamente restablecido, reiniciaron su
viaje, y tan agradable les resultó marchar por
aquellas verdosas praderas cubiertas de césped
que casi sin darse cuenta llegaron al camino
amarillo y de nuevo tomaron rumbo hacia la
Ciudad Esmeralda donde vivía el Gran Oz.
El camino se presentaba ahora liso y bien
pavimentado, y la región que lo rodeaba era
hermosísima, lo cual hizo que los viajeros se
alegraran de dejar atrás el bosque y con él los
numerosos peligros que habían encontrado en
sus umbrosas profundidades. Una vez más
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