Page 101 - El niño con el pijama de rayas
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necesitamos otro pijama de rayas.
        —Eso  tiene  fácil  arreglo  —dijo  Shmuel—.  Los  guardan  en  una  cabaña.
      Puedo sacar uno de mi talla y traerlo. Entonces tú te cambias y vamos a buscar a
      mi padre.
        —Perfecto —dijo Bruno, dejándose llevar por el entusiasmo del momento—.
      Entonces quedamos así.
        —Nos encontramos aquí mañana a la misma hora —dijo Shmuel.
        —Procura no llegar tarde esta vez —dijo Bruno mientras se levantaba y se
      sacudía el polvo de la ropa—. Y no te olvides del pijama de rayas.
        Aquella  tarde,  los  dos  niños  se  marcharon  a  casa  muy  animados.  Bruno
      estaba  feliz  con  la  perspectiva  de  una  gran  aventura;  por  fin  tendría  la
      oportunidad de ver qué pasaba al otro lado de la alambrada antes de volver a
      Berlín (y además podría explorar un poco en serio). Shmuel veía una ocasión
      para que alguien lo ayudara a encontrar a su padre. Para ambos parecía un plan
      muy sensato y una excelente manera de despedirse.
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