Page 268 - Frankenstein
P. 268
convertiría en algo cuya existencia todos desco-
nocerían. Mis vicios son los vástagos de una
soledad impuesta y que aborrezco; y mis virtu-
des surgirían necesariamente cuando viviera en
armonía con un semejante. Sentiría el afecto de
otro ser y me incorporaría a la cadena de exis-
tencia y sucesos de la cual ahora quedo exclui-
do.
Reflexioné un rato sobre todo lo que me había
dicho y sobre los diversos argumentos que
había esgrimido. Pensé en la actitud promete-
dora de la que había dado muestras al comien-
zo de su existencia, y en la degradación poste-
rior que habían sufrido sus cualidades a causa
del desprecio y odio que sus protectores le de-
mostraron. No olvidé en mis reflexiones su
fuerza y sus amenazas; un ser capaz de habitar
en las cuevas de los glaciares, y de zafarse de
sus perseguidores entre las crestas de los abis-
mos inaccesibles, poseía unas facultades con las
cuales sería inútil intentar competir. Tras un
largo rato de meditación, llegué al convenci-