Page 31 - Frankenstein
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será como un espíritu celeste rodeado de un halo
   cuyo círculo no ose atravesar ni el pesar ni la locura.
     ¿Te ríes del entusiasmo que demuestro respecto a
   este divino nómada? Si fuera así, debes haber perdi-
   do esa inocencia que constituía tu encanto caracte-
   rístico. Pero, si quieres, sonríete ante el calor de mis
   alabanzas, mientras yo sigo encontrando ––mayores
   razones para ellas de día en día.

     19 de agosto de 17...
     Ayer el extranjero me dijo:
     ––Fácilmente habrá podido comprobar, capitán
   Walton, que he padecido grandes y singulares des-
   venturas. Una vez decidí que el recuerdo de estos
   males moriría conmigo, pero usted me ha inducido a
   cambiar mis propósitos. Busca usted el conocimiento
   y la sabiduría, como me sucedió a mí antaño; deseo
   con fervor que el fruto de sus ansias no se convierta
   para usted en una serpiente que le muerda, como me
   ocurrió a mí. No creo que el relato de mis desventu-
   ras le sea útil, pero, si quiere, escuche mi historia.
   Pienso que los extraños sucesos a ella vinculados
   pueden proporcionarle una visión de la naturaleza
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