Page 36 - Frankenstein
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to, esperaba encontrar un trabajo respetable con
   algún comerciante. Así pues, pasó el intervalo
   inactivo; y, con tanto tiempo para reflexionar
   sobre su dolor, se hizo más profundo y amargo
   y, al fin, se apoderó de tal forma de él, que tres
   meses después estaba enfermo en cama, inca-
   paz de realizar cualquier esfuerzo.
     Su hija lo cuidaba con el máximo cariño, pero
   veía con desazón que su pequeño capital dis-
   minuía con rapidez y que no había otras pers-
   pectivas de sustento. Pero Caroline Beaufort
   estaba dotada de una inteligencia poco común;
   y su valor vino en su ayuda en la adversidad.
   Empezó a hacer labores sencillas; trenzaba paja,
   y  de  diversas  maneras  consiguió  ganar  una
   miseria que apenas le bastaba para sustentarse.
     Así pasaron varios meses. Su padre empeoró,
   y ella cada vez tenía que emplear más tiempo
   en atenderlo; sus medios de sustento mengua-
   ban. A los diez meses murió su padre dejándola
   huérfana e indigente. Este golpe final fue de-
   masiado para ella. Al entrar en la casa mi pa-
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