Page 147 - Frankenstein
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VOLUMEN II


     Capítulo 1

     Nada hay más doloroso para el alma humana,
   después de que los sentimientos se han visto
   acelerados por una rápida sucesión de aconte-
   cimientos, que la calma mortal de la inactividad
   y la certeza que nos privan tanto del miedo co-
   mo de la esperanza. Justine murió; descansó;
   pero yo seguía viviendo. La sangre circulaba
   libremente por mis venas, pero un peso inso-
   portable de remordimiento y desesperación me
   oprimía el corazón. No podía dormir; deambu-
   laba como alma atormentada, pues había come-
   tido inenarrables actos horrendos y malvados, y
   tenía el convencimiento de que no serían los
   últimos. Sin embargo, mi corazón rebosaba
   amor y bondad. Había comenzado la vida lleno
   de buenas intenciones y aguardaba con impa-
   ciencia el momento de ponerlas en práctica, y
   convertirme en algo útil para mis semejantes.
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