Page 143 - Frankenstein
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haber llevado a cabo una gran obra. A esto lo
llaman retribución. ¡Odioso nombre! Cuando
oigo esa palabra, sé que se avecinan castigos
más horribles que los que tirano alguno jamás
haya podido inventar para saciar su venganza.
Pero esto no es consuelo para ti, Justine, a no
ser que te alegres de abandonar semejante gua-
rida. ¡Quisiera estar con mi tía y mi adorado
William, lejos de este mundo odioso, y de los
rostros de unos seres que aborrezco!
Justine sonrió con tristeza.
––Esto, querida señora, no es resignación sino
desesperación. No debo aprender la lección que
quiere usted inculcarme. Hábleme de otras co-
sas, de algo que me traiga paz, y no mayor tris-
teza.
Durante esta conversación me había retirado
a una esquina de la celda, donde pudiera es-
conder la angustia que me embargaba. ¡Deses-
peración! ¿Quién osaba hablar de eso? La pobre
víctima que debía al día siguiente traspasar la
tenebrosa frontera entre la vida y la muerte no