Page 22 - Vuelta al mundo en 80 dias
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Nuevo Mundo, debía haber obtenido la preferencia del camino de la India, menos vigilado
o más difícil de vigilar que el Atlántico.
Fix no estuvo mucho tiempo entregado a sus reflexiones, porque la llegada del vapor fue
anun-ciada por algunos silbidos. Todo el tropel de ganapanes y de "fellahs" se precipitó
sobre el mue-lle en tumulto algo inquietante para los miembros y trajes de los pasajeros. Se
destacaron de la orilla unos diez faluchos para ir al encuentro del "Mon-golia".
Pronto se percibió el gigantesco casco de este buque, que pasaba entre las márgenes del
canal, y daban las once cuando vino a atracar en la rada, mien-tras que el vapor se
desprendía con estrepitoso ruido por los tubos de escape de la máquina.
Eran los pasajeros bastante numerosos a bordo. Algunos se quedaron en el entrepuente
contemplando el pintoresco panorama de la ciudad, pero la mayor parte desembarcaron en
las lanchas que se habían arri-mado al "Mongolia".
Fix examinaba escrupulosamente a todos los que desembarcaban.
En aquel momento se le acercó uno de ellos después de haber repelido vigorosamente a
los "fellahs" que lo asediaban con sus ofertas de servi-cio y le preguntó con mucha
cortesía si podía indicarle el despacho del agente consular inglés. Y al mismo tiempo, este
pasajero presentaba un pasa-porte, sobre el cual deseaba que constase el visado británico.
Fix tomó instintivamente el pasaporte, y con rápi-da mirada lo leyó, escapándose por poco
cierto movi-miento involuntario. El papel tembló en sus manos. Las señas que constaban en
el pasaporte eran idénticas a las que había recibido del director de la policía bri-tánica.
Este pasaporte no es vuestro dijo Fix al pasa-jero.
No respondió éste , es el pasaporte de mi amo.
¿Y vuestro amo?
Se ha quedado a bordo.
Pero repuso el agente es necesario que se presente en persona en el despacho del
consulado a fin de identificarlo.
¿Y eso es necesario?
Indispensable.
¿Y dónde está la oficina?
Allí en la esquina de la plaza respondió el ins-pector, indicando una casa que distaba
unos doscientos pasos.