Page 99 - Huasipungo - Jorge Icaza
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.J   o   R     E            e       z
                    -Eso  es  hablar  de  memoria.  ¿Quiere  secar  el
                  pantano  a  punta de  cadáve~es?
                    -Ganaríamos  un  cincuenta  por  ciento,  ele  tiem-
                  po  y  ele  trabajo.
                    -Perfectamente,  siempre  que  usted  esté  resuel-.
                  to  a perder  un  centenar  de  peones  podemos  hacer
                  su  gusto.
                    -Ya verá  que  no  se  pierde  ni  uno.  Todo  tiene
                   remedio.  Haré  traer  las  huasc.as  de  la  hacien-
                  da  y  el  momento  que  se  vea  que  .alguien  se  está
                   hundiendo,  se  le  echará  el  lazo.
                    ;-Nio  se  ha  adelantado  nada.  Si  no  le  mata  el
                  ciénego,  le  matará  el  anast1·e  de  la  huasc.a.
                    -;Oh l  N o.  Es  que  se  les  hará  entrar  a  los  in-.
                   dios  huasquero~ hasta  bien  adentro.
                    -De todas  formas  sería  hombre  perdido.  A  lo
                  mejor  mueren  todos  en  el  hoyo.  Y  para  darle  una
                  prueba de  ello  podernos empezar hoy mismo su  ex-
                   periencia.
                    La  zanja  a  veinte  metros  del  carretero  se  em-
                   pezó  a  abrir.
                    -Mire,  mire  ·como  se  gana  tiempo- exclama-
                   ba  don  Alfonso  contemplando  la  fila  interminable
                        de  peones  que  sacaban  fango  y  lo·do.
                        Profecía  que  no  s•e  cumple  dentro  del  pla-
                        zo  fijado  por  el  profeta  pierde  valor.  A
                   JOO  medio  día  toda  la  minga  se  internaba









                      Biblioteca Nacional del Ecuador "Eugenio Espejo"
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