Page 9 - No-y-punto1
P. 9
Un viernes de principio de octubre, en un lugar apartado de
la ciudad
—¡Vamos, chicos, que ya falta poco para llegar! —animé a mis amigos,
sin parar de pedalear.
—¡Tú siempre igual, Sergio! No es verdad, aún falta mucho, ¡gracioso!
—se quejó mi hermana para no variar.
—¡Es que tú no te cansas nunca! —contestó Carlos jadeante.
Hoy hace una tarde radiante para ir al
descampado. Aprovechando el buen
tiempo, he logrado convencerles para
pedalear un poquito más de lo normal.
Raquel, mi hermana, se pegó los
treinta y tres minutos que nos costó
llegar sin parar de protestar. Yo, como
estoy acostumbrado a ella, no le hago 8
mucho caso. 8