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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
con sus hijos. Así los fines de semana se reúne todo el clan a disfrutar de la buena cocina italiana, porque tanto a su madre como a ella les encanta la gastronomía. “Yo tengo muy buen apetito. Como de todo, pero ahora, con los cambios hormonales producto de la edad me cuido un poco. Por ejemplo, descarté los chocolates para no engordar tanto, algo que en un momento me ocurrió y que no me gusta. Pero me fascinan las pastas desde chica, todas, incluso los simple tallarines con mantequilla y queso rallado; la polenta, los postres. En realidad, somos buenos cocineros, hasta mi marido Federico hace masas con una maquinita. Yo me encargo de los rellenos y las salsas y él se preocupa del vino”, cuenta.
Esta es una familia grande, cariñosa y peculiar, porque ambas hermanas, ella y Marta, son casadas con dos hermanos, Federico y Manuel Novoa. De hecho Susana conoció a su esposo, a través de su hermana. Otra de las cosas que también la enorgullece, fuera de sus hijos, es su matrimonio de más de 45 años, donde “hemos tenido un par de veraneos, pero siempre hemos vuelto, porque el cariño es muy grande”, dice.
Su familia es su principal triunfo. En ella se incluye su madre, totalmente autovalente, que vive sola y es una mujer feliz.
Después de ese primer gran logro viene Banefe, entidad a la que define como “toda una creación, un negocio que armamos desde cero, algo que si pudiera reeditar, lo haría feliz”. Luego viene la gestión de personas y procesos en Lan, un aporte exclusivo y único de ella. “Yo hice la primera etapa; yo puse el ripio de una línea aérea que hoy es una gran empresa”. El tercer gran logro laboral fue la profesionalización del Hogar de Cristo.
Los fracasos también estuvieron presentes en su vida, porque reconoce que todos nos equivocamos. “Conozco dos tipos de personas que no se equivocan: las que no quieren aceptarlo y las que le echan la culpa al resto”, dice.
Uno de sus errores fue tratar de ser asesora independiente, y su fugaz paso por Casa & Ideas. “He tenido proyectos que no han resultado. Gente que no funcionó. El dolor de no poder reunir los recursos para el Hogar de Cristo y verme obligada a traspasar importantes programas y entidades a otras instituciones. Hoy día, sin embargo, me siento plena, porque creo haber cumplido con todo. Me gustaría vivir más, pero si es mi hora, será mi hora. Soy una persona muy agradecida de la vida. Muy feliz de haber construido nuestra familia con Federico. Esta es nuestra principal obra, nuestro principal regalo”, recalca.
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