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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
apuesta era por la transformación individual, dadas las circunstancias por la que atravesaba la Humanidad y su necesidad de paz y armonía. Para Ximena fue una apasionada luchadora que paradojalmente murió en 1986, en el mismo período en que Naciones Unidas decretaba el Año de la Paz del Mundo, y tres días después del peor desastre nuclear de la historia cuando el reactor cuatro en Chernobyl, en Ucrania, explotaba de la peor manera.
Lola Hoffmann nació en Lituania, en medio de una familia judío-alemana, de religión luterana, con buena posición económica, donde el estudio y lo intelectual eran una obligación. Tras el fin de la Primera Guerra Mundial se instalaron en Alemania, porque su padre era un refugiado político por pertenecer al movimiento liderado por el ruso Aleksandr Kérenski, quien desempeñó un papel primordial en el derrocamiento del régimen zarista en Rusia.
Lola Hoffmann llegó a ese país con 15 años, en 1919, a pocos meses de que los aliados firmaran el armisticio con Alemania.
Era la época en que el Imperio ruso se convertía en la Unión Soviética, el marxismo gobernaba por primera vez a un pueblo y Alemania trataba de recuperar su alicaída economía, al igual que Francia, destruida por los excesos de la Primera Guerra Mundial. Eran los instantes en que los Gobiernos de facto crecían en el sur de Europa con la llegada de Benito Mussolini en Italia; António de Oliveira Salazar, en Portugal; Primo de Rivera en España; Alejandro I en Yugoslavia y en Alemania comenzaba a surgir, lentamente, la figura de Hitler.
La sociedad en que le correspondió vivir a la que sería la doctora Hoffmann cambiaba aceleradamente y ya nada volvería a ser como antes. En el plano más frívolo surgía Coco Chanel como ícono de la moda y con ella las primeras minifaldas. Las mujeres comenzaban a fumar en público, se cortaban el pelo y surgía un cierto liberalismo sexual promovido por el surgimiento de la figura de Sigmund Freud, que propagaba sus teorías psicoanalíticas por toda Europa.
Era un período rupturista total y se notaba en el arte y la arquitectura con las maravillas de Le Corbusier; el arte de la Bauhaus; el Art déco; el cubismo; el surrealismo; el dadaísmo; la pintura abstracta, liderada por personajes como el español Pablo Picasso; el catalán Salvador Dalí; el alemán Max Ernst; el suizo Paul Klee y, entre otros, los italianos Amedeo Modigliani y Giorgio de Chirico. Era la época del intrincado James Joyce y su novela Ulises; eran los tiempos de Albert Einstein; Alexander Fleming; Ernest Hemingway y Scott Fitzgerald.
En ese ambiente tan particular, Lola Hoffmann se enfrenta valientemente a su padre que le exigía estudiar Matemáticas, pero ella optaba por Medicina en la célebre Universidad de Friburgo, una casa de estudios fundada en el siglo XV, que apenas 25 años antes había autorizado el ingreso de mujeres.
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