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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
LA CASA DE LA PAZ
La creación de la actual ONG, Casa de la Paz surgió ante la imposibilidad de organizar
una universidad donde Lola Hoffmann pudiera impartir clases de sus conocimientos.
La psiquiatra murió poco después de su instalación, de modo que frustró, entre sus seguidores, la posibilidad de que hiciera docencia; sin embargo, la ONG se transformó en un importante agente de cambio para la sociedad chilena.
SU VALOR
Casa de la Paz se convirtió en una instancia donde “los pares improbables” pueden encontrarse a dialogar, suspendiendo juicios para escuchar sin resistencia.
Su misión institucional, entre otras, fue y es: “Educar, tender puentes y articular acuerdos para impulsar el desarrollo sustentable”.
Las Mujeres, las Elegidas
En plena Guerra Fría en que se colocaban los misiles en Europa y arreciaban las manifestaciones, protestas, Lola quería inducir un despertar de conciencia rápido y decidido en las mujeres, porque sentía que los responsables de ese caos eran los hombres, quienes habían creado lo que ella denomina el patriarcado. “Lo que estábamos viviendo era el resultado de sus ansias de poder, de su dominio sin contrapeso sobre el dinero, la mujer, la naturaleza. Si bien habían generado un gran progreso material, estaban llevando al mundo a un abismo. De ahí que su objetivo era motivar a las mujeres para imponer un nuevo estilo de gestión, utilizando armas femeninas, como son la colaboración, la responsabilidad, la generosidad, la compasión y la solidaridad”, agrega Ximena Abogabir.
Mientras Brezhnev no se arrepentía de mover “la ficha prohibida”, es decir el aumento de sus misiles SS-20 en Europa del Este, Alemania iba de crisis en crisis y el Gobierno militar chileno se endurecía, Ximena Abogabir, de la mano de Lola Hoffmann, iniciaba su más profundo viaje de introspección.
“Era un privilegio llegar a su casa en la zona de Pedro de Valdivia Norte, con una vegetación que evocaba las quintas de Quillota. Recuerdo muy bien su casa de madera y, en especial, a ella en su escritorio, rodeada de libros en los más diversos idiomas perfectamente calificados, así como las insinuantes esculturas de parejas humanas entrelazadas. La frágil apariencia de anciana era engañosa. Cuando una de sus alumnas o pacientes comenzaba a eludir preguntas necesarias, Lola clavaba su mirada en ella y
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