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Nueve Mujeres: Liderazgos que Inspiran
municipales o parlamentarias siguientes hay personas independientes que comparten estos principios y valores, no dudaremos en apoyarlos”.
El tema del aborto también la hizo salir de su ostracismo porque una vez más se trató de algo que la enciende, que la mueve, un tema valórico que la obligó a romper su silencio con fuerza. “Eso sí, eso lo ameritaba; no saben las cosas que he hecho por esta causa desde que se presentó la ley del aborto. Primero fue estudiar a fondo el proyecto que no es —y los parlamentarios lo saben— una iniciativa que despenalice el aborto, sino que lo legaliza. Nunca las mujeres van presas, porque el juez siempre encuentra atenuantes; la mayoría que aborta en Chile no lo hace por las causales mencionadas en la iniciativa legal: se trata de la mujer con ocho hijos, que nunca el marido, por machismo, le permitió cuidarse. Luego la abandona y cuando viene el noveno, ella decide practicarse el aborto. No es ni por inviabilidad del feto ni por ninguna de esas sofisticaciones anotadas en la iniciativa. Además la ley tiene errores técnicos, fuera de los errores morales por montones, porque deja unos tremendos vacíos para la libre interpretación”.
Soledad Alvear ha luchado en contra del proyecto como en sus mejores tiempos; reuniones, conferencias, visitas al Senado, a la Cámara de Diputados; presencia en las redes sociales, exponiéndose a grupos que la insultaban de la peor manera. Incluso quisieron pegarle a la salida de una ponencia sobre inviabilidad fetal en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. “Me da lo mismo que me insulten, no me importan las groserías, las discusiones y las peleas. Ahora, como soy inclinada al diálogo, si alguien me rebate con buenos argumentos, respondo, pese a que mi marido me dice que soy loca, pero pienso que hay que hacer pedagogía, educar. Mi defensa es por mi fe católica y también por mi convicción profunda de los derechos humanos de cada persona y no me cabe duda de que el principal derecho humano es la vida, sin el cual ningún otro derecho existe. Esto es universal”.
Hoy día Soledad Alvear, además, es la voz de los sin voz, partiendo por los niños abortados o en riesgo de serlo. Es Directora de Fundación Las Rosas y Paz Ciudadana. A través de estas entidades actúa y evalúa, en el ámbito de las políticas públicas. “Chile se ha preocupado más de la represión que de la prevención. Tenemos que evitar que los niños lleguen a las drogas; de hecho, por ejemplo, en Peñalolén tienen un sistema en que las escuelas se contactan si el niño falta a clases. No estoy en esa área, pero recojo experiencias, porque es mucho más fácil adelantarse a los hechos que reparar”.
Pese a todo e incluso pese a ella misma, Soledad Alvear sigue liderando en todas las acciones que emprende, con lo cual demuestra que esta condición, la de líder no fue un acto, ni un cargo, ni un momento, sino que se transformó
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