Page 12 - MONTT LATINAMERICAN MAGAZINE, JULIO 2018 (Español)

Latinoamérica Endurece su Política Migratoria
Debido a la transformación de los modelos de migración, los países latinoamericanos vieron desbordadas sus fronteras por la ola de extranjeros. Muchos cambiaron sus antiguas regulaciones para restablecer, el orden.
El súbito cambio de los patrones de migración intrarregional en Latinoamérica, a partir de 2005, causó un incremento inédito en la circulación de personas desde sus países de origen a los vecinos y/o a los ubicados dentro de la región. Durante décadas las naciones típicamente receptoras fueron Estados Unidos, México y España, pero a raíz de cambios legales, sucesivos problemas económicos, crisis humanitarias, los movimientos migratorios se desplazaron hacia el sur del continente en cantidades nunca antes vistas, al punto del desborde de fronteras. Muchos territorios, antes con una política casi de fronteras abiertas, se vieron obligados,
a endurecer sus disposiciones y dictar regulaciones cada vez más restrictivas para el ingreso de personas. Las principales normas migratorias de la región fueron diseñadas hace décadas, cuando no existía ni la globalización ni la actual interdependencia mundial, de modo que, con una normativa obsoleta y desfasada, al inicio de esta imparable ola migratoria, los países de la región se vieron sobrepasados y tuvieron que enfrentar ingresos fuera de control, verdaderas fugas vertiginosas, en medio de la improvisación y el desconcierto.
La situación de Venezuela impactó de manera especial a todos los países
de la región. Al tratarse de una crisis humanitaria, los países vecinos no podían negar la calidad de refugiados a los emigrantes. Entre 2015 y 2017 la cantidad de venezolanos en el exterior pasó de 700 mil personas a sobre el millón y medio. Argentina, que era hasta hace poco uno de los países más abiertos del mundo en cuanto a migraciones, hoy posee la mayor cantidad de emigrantes de la región. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), son más de dos millones de extranjeros que viven en ese país, casi el cinco por ciento de la población, donde la diáspora venezolanacontribuye con el ingreso de 300 asilados a diario.
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