Page 493 - Los Tres Grandes Boniare, Los Uslas Caimans, Riviera Maya y Cozumel

Etapa Juvenil
En primer lugar, aquí es menor la exposición al
intenso calor del día, que puede ser fácil-
mente fatal para ellas. En segundo lugar, esto
proporciona una mejor protección contra los
depredadores terrestres y del aire. Además, in-
cluso cuando las temperaturas diurnas no son lo
suficientemente altas para matar las crías, puede
aminorar su velocidad, tomando más tiempo en
alcanzar el mar y dando una mayor oportunidad
a los depredadores. Al entrar al mar, las crías
nadan por debajo de la superficie en natación
frenesí, haciendo pocos esfuerzos por bucear
profundamente. Las crías de tortuga blanca y
caguama, son capaces de nadar 20-70 km en dos
días, sin ayuda de las corrientes. Tales distancias conoce como los “años perdidos” de la vida de las
son mayores a las necesarias para escapar del
litoral y de depredadores, en algunos lugares son
hasta suficientes para alcanzar sistemas de corri-
entes de altamar (Hughes, 1974 en Walker, 1994).
El gran número de huevos puestos en una
sola temporada se ve compensado por dos
factores: en primer lugar, la alta mortalidad de
crías en la playa y en las aguas adyacentes a la
colonia y en segundo lugar, el largo intervalo
entre temporadas de anidación. La fecundidad
efectiva se mide por la producción promedio
anual de crías en la fase de dispersión de aguas
abiertas por hembra adulta en la población total.
Para que una especie sobreviva, consecuencia
de dicha baja fecundidad y tan alta longevidad a
la madurez sexual tendría que ser una muy alta
supervivencia anual de las tortugas en todas las
fases post-anidación y / o una muy larga vida
reproductiva (Limpus, 1994).
Una vez que han pasado a través de la rompi-
ente, no serán vistas de nuevo en las aguas
de la plataforma continental hasta que alcanzan
tamaños entre los de un plato de comida. Esto se
tortugas. Las tortugas más pequeñas que habit-
ualmente se registran en la costa, se cree que son ños quelonios tienen la capacidad y el deseo de
de más de un año de edad (Walker, 1994).
Se han observado balsas de sargazo, como el
refugio de las tortugas en los años perdidos, corrientes y la deriva del océano. La salida a un
para crias de tortugas blancas y caguamas. Estas
alfombras de alga café sirven de refugio no solo
para las crias de tortugas sino que para un gran
número de diferentes especies de pequeños
peces, crustáceos, gusanos, moluscos, etc. Que
podrían servir de alimento para las pequeñas
tortugas. Además de la ventaja y concilio que
el sargazo ofrece, está también la importancia
fundamental de la tendencia de estas “camas”
de alga de alinearse con playas de alta energía y
por lo tanto aumentar la probabilidad de que las
tortugas recién salidas del nido nadando hacia
altamar las intercepten y encuentren refugio.
Pedazos de madera, cocos y otros objetos flo-
tantes pueden atraer a las tortugas donde el alga
flotante está ausente.
Las tortugas en la fase post-nido raramente
se observan en los hábitats costeros y en la
mayoría de los casos se encuentran dispersadas
en mar abierto. Los encuentros son muy poco
frecuentes. Walker (1994) declaró que los peque-
pasar de un hábitat pelágico a uno bentónico,
pero hasta entonces, su ubicación en el mar
será al menos parcialmente dependiente de las
hábitat pelágico es probablemente algo opor-
tunista y no necesariamente vinculado al tamaño
de la tortuga.