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Es algo increíble el estar escribiendo esta dedicatoria, todavía recuerdo en
                                                     años pasados pensar “Todavía falta tiempo para que llegue el momento en
                                                     que me gradúe del colegio”, y justo ese tan esperado día está a la vuelta de la
                                                     esquina. Durante toda mi estancia en mi querido San Ignacio viví innumera-
                                                     bles experiencias, que de una u otra forma, cambiaron mi vida en muchos
                                                     aspectos, recuerdo las clases que teníamos con profesores que llegaron a ser
                                                     más que maestros, amigos, que nos guiaron en toda nuestra vida escolar, los
                                                     momentos divertidos de las clases que lograban romper con la monotonía, los
                                                     descansos que pasaba junto a mis queridos amigos, quienes lograron con-
                                                     vertirse en hermanos  para mí,  los incontables eventos  que tuvimos  y  las
                                                     salidas pedagógicas, todos los FAS y Encuentros con Cristo que logré experi-
                                                     mentar, las tan amadas  fiestas que teníamos  todos los años, entre otras
                                                     muchas experiencias de vida que me dejarán marcado para siempre.
                                                     Este escrito se lo dedico a mi familia, que siempre me apoyó en las buenas y
                                                     en la malas, a mis compañeros y a mis profesores, los cuales me acompaña-
                                                     ron a lo largo de toda mi vida educativa, a mis mejores amigos, que siempre
                                                     estuvieron para mí, formando un lazo de amistad que jamás se va a romper, y
                                                     en especial a mi mamá y a mi papá, quienes son las personas que más amo y
                                                     aprecio en este mundo, junto a mis tías y mis abuelos. Y aunque mi abuelo no
                                                     me  pueda acompañar  físicamente en  este evento, yo sé desde lo más
                                                     profundo de mi ser que va a estar y siempre estará conmigo.
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