Page 7 - Apofénicos Vol.3
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Capitulo III: La ciudad de
los hipocampos.
Observando el mar pude percatarme de
que había unas grandes rocas en forma de
arco que figuraban ser mi amigo “Nesy” al
que conocí cuando viví en el mar en el 700 a.c.
Más tarde pude tocar la arena con mi olfato y me
di cuenta que tenía la misma textura que las mismas
estrellas; en ese momento mire hacia arriba y vi esas
chispas brillantes sintiendo que caminaba de cabeza.
Parecía tan real que sentí estar en el rostro de Venus.
Fue así como atravesé el mundo de mis espejos inmortales;
que me miraban como un astro que iba cayendo hacia ellos.
Hubo un momento en el que me sentí libre y pude concebir esa
metamorfosis de gusano a mariposa. Deje de sentir mis manos, mis pies,
mis pulmones y pudo parecerme real que creí convertirme en un pez.
De lejos divise otro mundo, es así como siento que una fuerza
superior a mi me llevo a este mundo de los hipocampos. Aquí el
mar es color morado. Entré al mar convertido en un pez y me
encontré con los hipocampos, aquellos seres de extravagante
sabiduría. También nadé con caracoles, ostiones, pulpos.
Todos se encontraban de fiesta así que muchos estaban
bailando con la cara expuesta hacia la luna. Esta era tan
grande, tan brillante y extremadamente roja que pudo
parecerme una gran ciruela. En el centro de la fiesta
observe a un gran gato rosa que derramaba lágrimas
amarillas. Ahí fue cuando algunos peces nadaron
hacia donde estaba el gato y bebieron de sus
lágrimas. Lo que ellos estaban bebiendo era
la sustancia del amor y la locura oceánica.
“Amnion” La ciudad amniótica.
| por Monad
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